Obsesión o imperiosa necesidad? Tal vez se hayan difuminado los límites después de tantas alertas en torno a los desafíos que implica construir una vivienda decorosa, a la altura de otras muchas conquistas sociales.
“Esto no se lo deseo ni a mi peor enemigo”, una frase del argot popular en voz de quienes emprenden obras en casa, que apunta hacia la realidad, contraria a la voluntad del Estado, de recuperar el déficit habitacional.
En ese sentido Cuba transita por el tercer año de la Polí-tica Nacional de la Vivienda, y lo hace de la mano de las normas jurídicas que rigen la Tarea Ordenamiento, entre estas la Resolución 139 de diciembre del 2020 del Ministerio de Comercio Interior (Mincin), que establece precios minoristas de los materiales de construcción y otros para la reparación y conservación de moradas.
Frente a los nuevos importes reaccionó la alquizareña Hildelisa González Aguiar, quien es representante legal de su tío jubilado e impedido físico, beneficiado el año pasado con un subsidio de 55 000 pesos para Célula Básica Habitacional (CBH).
“Hemos avanzado muy poco”, confiesa, debido a morosidades en el dictamen técnico y la venta de materiales, a lo que suma el precio excesivamente alto de algunos, de modo que el asunto se torna complejo y abusivo, a su juicio. “Usted concibe que una losa de piso (mosaico gris) que costaba antes tres pesos, ahora valga ¡24! Lo mismo sucede con las luminarias LED. Un tubo antes en 30 llega a 125”, incluso cuando el subsidiado sentirá menos el impacto del incremento.
Asimismo, Sofía Fuentes Larrinaga no pudo ocultar su indignación en la tienda de Artemisa, mientras contemplaba los bloques de producción local, testigos del divorcio entre precio y calidad. Uno de ellos, quebrado por una punta, se distancia de actuales opciones y acabados.
En tanto, en la tierra de Villena, Arianna Delisle Calderón y su esposo construyen la casa por esfuerzo propio. Ambos son beneficiados con la reforma salarial, pero consideran insuficiente sus ingresos para sostener los costos de la fabricación.
“Es verdad que algunos como el cemento y el acero mantuvieron precios. Conexiones hidráulicas y otros han disminuido, y en el caso de los áridos subieron de manera discreta”; sin embargo, “es irrisorio que una ventana de marco de aluminio con persianas de madera hoy cueste ¡8 123 pesos! Igual sucede con los tanques plásticos: de 1 280 a 2 180”, añadió Arianna.
Inquietud en las cifras “La Resolución 324/2020 del Ministerio de Finanzas y Precios estableció, según la clase de la entidad, el índice medio por el cual se multiplican los precios de los materiales, sobre la base de los que tenían en junio de 2019”, explica Grisel Cerutte Martínez, directora de la Empresa de Materiales de la Construcción (EMC) de Artemisa.
Bajo tal concepto, “en el primer semestre es cinco y durante el segundo 6,55”, lo cual influye luego en la formación de la tarifa que llega al cliente.
De acuerdo con la directiva, venden a Comercio el metro cuadrado (m²) de mosaico a 136, 45 pesos. Si un m² tiene 16 losas, cada una cuesta 8,42 pesos como promedio, lo cual no esclarece la conversión en 24, si bien ese precio está centralizado y lo ampara la Resolución 139.
Cerutte Martínez comenta que todas las fichas de costo son superiores a la media de la clase aplicada, teniendo en cuenta que todavía trabajan con inventarios del 2020. Cálculos similares pudieran hacerse con arena, gravilla, polvo…, entre otros productos, que llegan a la tienda con poco más del dos por ciento (%) por encima del precio al cual fue vendido a la Empresa de Comercio.
“Uno de los factores que más encarece es el cobro de la transportación, pues nosotros les llevamos la mayoría de los productos”, aunque en Artemisa los bloques y ladrillos se facturan en la tienda y los carga el interesado en la fábrica Tomás Álvarez Breto.
Y aunque la industria responde al Programa de la Vivienda, el peso de este se sustenta en la Producción Local de Materiales, de cuya efectividad depende, en gran medida, una presunta disminución de precios.
Alexei Gort Molina, administrador de la tienda de materiales en Alquízar, refiere que, desde el 25 de diciembre hasta la fecha, la Empresa Provincial de Comercio, Gastronomía y Servicios (EPCGS) ha enviado tres listas de precios diferentes para la actividad, a tono con reiterados ajustes en los costos.
La actual, del 10 de marzo, establece cambios hacia arriba o abajo en diversos precios; por ejemplo, disminuye el valor de la baldosa de granito sin pulir, de 211,10 pesos a 151,48, un poco más ajustado al costo real de producción de este surtido en la UEB Mantenimiento Constructivo El Jardín, de la Villa Roja.
También baja la tarifa de los tanques de cemento para almacenar agua: de 1 682,60 a 1 515,75, un renglón al cual le creció casi tres veces su valor.
Un tesoro cercano
Unos 40 renglones destinados casi todos a la venta a la población confecciona la Empresa Provincial de Construcción y Mantenimiento (EProcom) en sus 11 UEB. La entidad también posee una media de hasta 4,39 que debe sumar a los importes anteriores; mas, “analizamos a partir de la ficha de costo y disminuyó el índice promedio a 4,34”, aclara Idalbert Peláez Hernández, director de Producción Local de Materiales de EProcom.
Sobre el tema reconoce los aumentos en correspondencia con la materia prima, el incremento de la tarifa eléctrica (de 0,29 a 3,12 $ kilowatt/hora) y del salario de los trabajadores, cuatro y cinco veces más.
El directivo asegura que se encarecieron bastante insumos como el cemento (de 144 pesos la tonelada a 2 031); el acero (755,95 la tonelada a 16 560), además de los áridos, todos hasta cinco veces por encima de su valor anterior.
De ese modo, “el bloque de 15 por 40 tiene un costo de producción de ocho pesos y lo venden al Mincin a 9,60, que a su vez lo comercializa a diez, hasta la fecha”, pues el margen comercial de cuanto reciben en las tiendas alcanza el 20%, a partes iguales para Comercio y la ONAT.
Kirenia Carabeo Rivero, directora de Comercio de la EPCGS, sostiene que la cifra disminuyó, pues “antes del Ordenamiento se pagaba el 25% y el 70 % de impuestos sobre las ventas a la ONAT por los artículos de producción local y los del Balance Nacional, respectivamente, y Comercio tenía un margen de ganancia del diez %, que ahora se equiparó.
En materia de precios de materiales resulta determinante revisar exhaustivamente fichas de costo, ganancias entre empresas y otros asuntos, a fin de que ninguno justifique la pereza; mejor invite a escalar obstáculos y abrir puertas, a romper muros y producir muchísimo más.
Por Giselle Vichot y María Caridad Guindo