Recuerdo aún el impacto que causó en mí la lectura de la novela María, del colombiano Jorge Isaacs (1837- 1895), pieza fundamental dentro de la corriente del Romanticismo en Latinoamérica.
María fue publicada en 1867, exactamente un siglo antes de que viera la luz la espléndida Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, y quedó como verdadero monumento de las letras hispanas, al punto de sobrepasar los límites de la ficción para convertirse en “verdad”.
De esta encantadora prueba tuvo constancia el poeta y dramaturgo bautense Juan José Jordán, durante uno de sus recorridos por Colombia, especialmente por el Valle del Cauca, donde se ubica la historia de la novela de Isaacs.
En la hacienda El Paraíso, donde fue escrita María, existe hoy un museo, pero no cualquier museo, sino uno muy curioso, donde se conservan recuerdos de esta obra y sus personajes, en especial María y su amado Efraín, como si hubieran existido en la vida real, algo que nunca sucedió.
Recuerda Jordán que en la novela, María llega a decirle apasionadamente a Efraín: “Cuando el rosal deje de florecer es que me habrás olvidado” ; pero hoy el jardín sigue tan vivo y perfumado como hace 158 años atrás…, no importa si en verdad era un jardín creado exclusivamente por la fantasía literaria.
Jordán es un dramaturgo, poeta y director con una trayectoria muy reconocida y que bebe ampliamente de las mejores tradiciones, obras y autores literarios, desde Gertrudis Gómez de Avellaneda hasta los dramaturgos más contemporáneos de Colombia, pasando por nombres imprescindibles como los de Virgilio Piñera y Juan Rulfo.
Haber escrito piezas del calibre de la Tula, tórtola y becerro, Cuando los muertos hablan y Russian brindis, más su poemario Caminante de las sombras, Premio Uneac Villena de Poesía, le otorgan todas las posibilidades para concretar el proyecto María entre Cali y La Habana, pieza teatral que rinde homenaje al clásico de Isaacs y, en especial, a su personaje protagónico.
“Siempre me ha conmovido mucho esta novela y especialmente su protagonista. Sabes que tengo varios personajes femeninos en mis obras y es por el hecho de que me duele como ha sido subvalorada, humillada, a través de los siglos. Con esta obra, que se mueve entre dos naciones que amo entrañablemente, quiero traer a la María del siglo XIX al siglo XXI, a este tiempo que nos ha tocado vivir”, confiesa Jordán.
“ Yo no plagio, yo no readapto, yo traigo esos grandes personajes, ficticios o reales, a la realidad de hoy, los pongo a caminar por las calles junto a nosotros, a sentir y compartir el mismo espacio donde millones de seres habitamos hoy”, declaró el dramaturgo bautense.
Acerca de cuánto se parecen y diferencian las culturas de Cuba y Colombia, Jordán asevera: “ Somos dos culturas diferentes, pero somos latinos y hablamos el mismo hermoso idioma. Además, siempre habrá intensas cercanías entre los seres humanos, por muy diferentes que parezcan”.

