Entre las bellas cosas que podrán salvar al hombre cuando nada parezca salvarlo, estará siempre el arte, autor de que la fiera dormida dentro de cada uno, no salte para extinguir o dañar a los restantes humanos.
El arte, sombra refrescante y sol luminoso a un tiempo, se encargará de que quienes lo cultivan a cambio de muy poco, como es el caso de Maylin Leal Haynes, Yenadis Díaz Viera y Osleydis Torres Martínez, tengan un eco sincero en quienes alguna vez integraron el proyecto sociocultural comunitario Arte Vivo, enclavado en los alrededores del extinto Complejo Agroindustrial Habana Libre, en Caimito.
Pero, ¿quiénes son estas tres voluntariosas muchachas que acabo de mencionar?, ¿cuánto han hecho con y por los seres humanos, niños y adolescentes sobre todo, que han integrado este proyecto, fundado hace ya 13 años por la más experimentada de las tres, Maylin, hoy presidenta del Consejo Popular?
¿Cuánto han hecho culturalmente por el resto de los habitantes del poblado?
Maylin, entonces directora de la Escuela Primaria Jorge Camilo Torres Restrepo, siempre amó el arte. Era el pretexto más inobjetable para convocar a Yenadis y Osleydis a enfrascarse en una obra destinada, no solo a mejorar la calidad de vida espiritual de los alumnos de este centro, sino de la comarca entera, carente de un grupo de opciones que proporcionaran
la inserción de sus residentes en espacios de orientación, creación y apreciación, dirigidos a lograr una recreación sana y profiláctica.
Sonaba hermosa la idea, revela humanismo sincero. Pero en la vida real, las cosas soñadas, por muy bellas que parezcan, no siempre encuentran un camino fácil para concretarse, del modo en que las imaginamos.
Es preciso trabajar en serio, sacar el máximo, pelear contra molinos de viento de aspas muy duras y volver a sentirse Quijote invencible, cuando más nos duelan los golpes de las aspas que desafiamos.
¿Recursos para trabajar? El corazón, mucha voluntad y mucho respeto para ganarse el apoyo de alumnos, padres, maestros, vecinos…
Osleydis y Yenadis son graduadas de la Escuela de Instructores de Arte 13 de Marzo. La primera llegó como instructora de teatro a la escuela Camilo Torres en el 2006. Cinco años después arribó Yenadis para cubrir el frente de la danza. Ambas impartían sus clases en forma de talleres de creación y apreciación.
Con este par de tesoros a mano, Maylin, entonces directora de la escuela, no quiso perder la oportunidad de hacer realidad su sueño de un organizar un proyecto, para el cual Yarlenia, madre de una de las niñas que integraron Arte Vivo, sugirió el nombre que más representativo le parecía.
Las primeras acciones fueron dentro de los predios del centro docente; pero el proyecto fue creciendo, ganando prestigio y adeptos y hoy extiende su influencia hacia una comunidad compuesta por 1 789 habitantes.
Es duro enfrentarse a la realidad cubana actual. No es un secreto que va contra viento y marea la vida en estos lares caribeños. Como secuelas del paso de este mal tiempo, quedan en posición peligrosa las drogas, el alcoholismo, las desventajas económicas, las madres solteras con dos y tres hijos a cuestas, los ancianos de vida en solitario, la emigración, los sancionados penalmente, las pocas ofertas de recreación y gastronomía, la escasez de transporte público, el elevado precio del servicio de autos, motos y camionetas particulares….
Si en las grandes ciudades y centros municipales estos tristes inconvenientes se hacen sentir sobremanera, ya pueden imaginarse cómo han de sentirse en una comunidad distante como el poblado del central Habana Libre, donde otrora un flamante complejo azucarero arribó un día a su jornada final, entre el dolor de tantos seres que lo amaron y disfrutaron de sus innegables bonanzas productivas.
Pero como la opción nunca será rendirse, Maylin, Osleydis y Yenadis actuaron como si el cielo, en lugar de nubarrones muy negros, estuviera repleto de pájaros y arcoiris.
Aprovecharon lo bueno que siguen teniendo los seres humanos en la más complicada circunstancia: su disposición a cooperar y respetar cuando ven el ejemplo enfrente de ellos y aprovecharon tradiciones como la eterna vocación comparsera del poblado, un símbolo fervoroso donde la alegría de todos, niños y adultos a paso y ritmo trepidante, pone energía bien- hechora a cada rincón de este sitio caimitense.
Del corazón del proyecto nació la comparsa infantil nombrada Los Originales, ganadora de varios premios, entre ellos el del Festival Provincial de la Buena Onda, el Premio del Barrio de los CDR y otro en el evento Danzoneando, mientras que la de adultos, con el nombre de Tradición, ha mostrado con todas sus luces la fuerza de los ancestros y el mestizaje, al ritmo de las más expresivas formas de sentir y expresar el impacto de la música que nos honra y define a escala planetaria.
“A partir del trabajo que hicimos podemos hacer la vida más feliz, hay madres que, al incorporarse al proyecto, se realizan humanamente, se sienten verdaderamente útiles.
“La comunidad nos respeta porque han salido mejores personas después de ser parte de nuestro proyecto. Los que pasaron por este lo recuerdan con mucho cariño. Gracias a su participación en Arte Vivo, conocieron teatros, parques, museos, casas de cultura, lugares hermosos en otras provincias”, asegura satisfecha Osleydis.
Arte Vivo se ha articulado a proyectos socioculturales como Maravillas de la Infancia, en Matanzas, y ha dejado su humilde y sincera impronta en espacios tan reconocidos como el Teatro América y los Jardines del Teatro Mella, ambos en la capital cubana.
Pero a pesar de tantos reconocimientos, las tres lamentan no contar con una sede, para garantizar la elevación de la calidad en las distintas propuestas del proyecto.
Habría que pensar seriamente en una bodega ruinosa ubicada en las cercanías de esta primaria, local con una amplia capacidad para convertirse en la sede ideal del proyecto, en caso de destrabarse por fin los bejucos burocráticos que impiden al inmueble pasar a ser propiedad de Arte Vivo.
Si sucediera el milagro, se estimularía el comienzo de las gestiones para adquirir los materiales constructivos imprescindibles y sumar el entusiasmo de todos a tan hermosa causa.
“Ver la transformación que ocurre en los muchachos, que la comunidad reconoce el trabajo del proyecto y no solo a nivel de comunidad, sino de provincia y de más allá, es maravilloso. Hoy, cuando se menciona el proyecto Arte Vivo, todos saben perfectamente de qué se está hablando.
“Para defender un ideal hay que estar fuertes. Y nosotras lo estamos”, concluyó emocionada Maylin.
Arte Vivo representa, indiscutiblemente, un símbolo dentro del valioso movimiento cultural que, desde la Casa de Cultura Raquel Revuelta y con el apoyo de la dirección municipal de Cultura, ha inflamado el entusiasmo creativo y participativo no solo en la cabecera municipal, sino en cualquiera de sus más apartados espacios.
“El amor es el lazo de los hombres, el modo de enseñar y el centro del mundo”, asegura una máxima martiana colocada en una de las aulas de la escuela Camilo Torres Restrepo. Sí. Ni más ni menos. Ahí está para demostrarlo el proyecto Arte Vivo, donde el amor siempre pesa más que todas las carencias y dolencias del mundo.