Curoque El Zorro, los pintores Ángel Silvestre y Karoll William Pérez, el pelotero y director Luis Abréu, las animadas noches de Bauta, la textilera Ariguanabo, el proyecto Almadanza, el popular Cuinco, la promotora Ana Margarita Ibáñez, el grupo Yordance, Ariguanabo y su rica historia cultural son algunos de los personajes y acontecimientos que quedaron grabados en las imágenes filmadas por alumnos de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.
Todos ellos pasaron a formar parte de la historia de esa Escuela de los Tres Mundos, fundada por Fidel, Gabriel García Márquez y Fernando Birri el 15 de diciembre de 1986, empeño de soñadores convencidos de que no solo Hollywood y Europa eran capaces de contar en celuloide las grandes realidades de este planeta.

Fidel en la inauguración junto a Gabriel García Márquez (Gabo), Fernando Birri y Julio García Espinosa. / Periódico Granma
Es más: la fundación de la Escuela no era un intento de emular de manera absurda con los grandes centros de poder cinematógráficos, sostenidos por cuantiosas sumas monetarias, propaganda torrencial y recursos de todo tipo, sino de representar realidades escamoteadas y verdades no dichas de ciudadanos, culturas y pueblos enteros, desfavorecidos muchas veces por un injusto orden económico, social y político.
De eso se trataba la nueva creación y también de contar cómo somos, qué nos anima, enamora o desamora como hombres, mujeres, niños y ancianos, qué luces y sombras nos cercan, de qué reímos y lloramos.
La Escuela, hoy convertida en una de las más importantes de su tipo en el mundo, nació como una utopía, y la utopía, tal como la vio el uruguayo Eduardo Galeano, nos sirve para caminar, para abrirnos caminos en dirección al Sol.
Así sucedió con la EICTV a la postre, cuando devino referente internacional de primera mano y fue motivo de reconocimiento público por antiguos alumnos convertidos en cineastas de legítimo renombre.
Los premios ganados por exalumnos de este centro de formación cinematográfica en festivales y eventos de todos los niveles en Cuba, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa son incontables, tanto en la vertiente de documental como en la del cine de ficción, al igual que los reconocimientos y distinciones recibidos por la EICTV.
Decía Fidel en el discurso de inauguración que la Escuela sería parte de la lucha de nuestros pueblos frente a los mecanismos infernales que utilizan los monopolios de los medios de difusión. Y ha sido al convertirse en contraparte de ese discurso tan poderoso e influyente.
A sus 37 años de vida, la EICTV puede enorgullecerse de haber graduado más de 800 cineastas de 50 países, haber impartido talleres para más de 10 000 alumnos y recibir todos los elogios de visitantes de la talla de Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Brian de Palma, Georges Lucas, Costa-Gavras, Emir Kusturica, Robert Redford, Spike Lee, Ralph Fiennes y Ed Harris, entre otros.
Curiosamente, una de las películas del director argentino Fernando Birri, basada en un cuento homónimo de Gabriel García Márquez, se nombra Un señor muy viejo con unas alas enormes.
A la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños bien podría llamársele Una escuela muy joven con unas alas enormes, capaz de no envejecer nunca y siempre en busca de las más elevadas alturas estéticas y humanistas posibles.
Y ahora, cuando casi ponía el punto final a este comentario, he recordado que por las imágenes de uno de esos documentales andan mi rostro y mi voz opinando sobre béisbol, ayudando a redondear el sueño de alguno de esos principiantes realizadores latinoamericanos de esta fabulosa Escuela de los Tres Mundos.