El Primer Coloquio Raíces de Artemisa, organizado por la Comisión Aponte de la Uneac en el territorio, tuvo a bien refrendar los enormes aportes de África en la formación y desarrollo de la nacionalidad cubana y cómo la discriminación racial continúa siendo un lastre vergonzoso que es preciso combatir hasta su exterminio.
Emilio Soto, músico, director de la agrupación Rumba Ansoc y Presidente de esta Comisión en la provincia, develó en la sede de la Uneac, junto a Juan Carlos Muñoz, presidente de esta organización en la provincia, la primera escultura dedicada a José Antonio Aponte, líder de la conspiración antiesclavista que en el año 1812 le costara la vida en el garrote vil.
La escultura de este criollo negro, escultor, tallador y ebanista, símbolo de la rebeldía cubana, corrió a cargo del artista José Luis Mena Sardiña (Abi), quien no solo centró su propuesta en reproducir el rostro del líder negro, sino que ofreció una notable simbología para recoger, en un breve espacio, todo lo que fue la esclavitud, la discriminación y la opresión contra el hombre negro, los rezagos de ella que todavía perduran y la esperanza en erradicarla.
La Doctora en Ciencias Históricas Reveca Figueredo, detalló cómo la trata esclavista privó de su tierra y arrancó la vida a una cifra incontable de africanos, cómo llegaron a Cuba de un modo salvaje y en condiciones de inferioridad absoluta y acabaron formando parte sustanciosa de lo que, con mucho tino, el sabio don Fernando Ortiz llamó transculturación.
“Les arrancaron la identidad, el entorno, la religión, el nombre… y trataron de convertirlos en seres inferiores, algo que es sencillamente imposible, porque no hay seres humanos inferiores a otros”, aseguró la doctora Figueredo.
El joven Yiván Cabezas, profesor de la Universidad de Artemisa, abordó la forma en que el proyecto sociocultural Con todos y para el bien de todos, conducido por él, se sumerge, desde la cultura, el arte, la pedagogía y la educación, en un tema de tanta importancia como la racialidad y lo comparte con niños de la primaria Ramón Mordoche Miranda.
El también profesor Rodolfo Raciel Valdés, evocó a importantes personalidades negras de Artemisa que desempeñaron un rol significativo en las guerras independentistas y contra la dictadura de Fulgencio Batista, y Omayra Scott Alfaro (La Cimarrona), líder del proyecto Mi montaña y yo, en Candelaria, destacó la larga tradición de alimentos, creados por aborígenes, africanos y mambises, que terminaron formando parte de nuestra cocina y hoy son elaborados en los predios de este galardonado proyecto sociocultural.