Guardo inolvidables recuerdos de la Casa de Cultura Mirta Aguirre, en Bauta. Ella ha sido excelente pretexto para escribir más de un trabajo periodístico y para compartir con diversos creadores, lo mismo un espacio literario que uno artístico.
Aunque ya se había reconstruido después del paso del ciclón Charlie en el año 2004, por intermedio de las fuerzas de Mantenimiento Constructivo y, en especial, por parte de sus propios trabajadores, el paso del tiempo fue fatigando aquella reparación y se imponía darle un nuevo cuerpo y rostro a una institución formadora de incontables talentos de la literatura, las artes plásticas, la danza y la música.
Por fin logró concretarse la añorada reparación, pero esta vez ya no estaría en manos inexpertas o chapuceras, sino a cargo del Proyecto Bauta de Color, que dirige el artista visual Adrián Infante Rodríguez.
“Una Casa de Cultura no es una escuela, ni un restaurante, ni un centro comercial, es un lugar con características muy flexibles que solo los artistas comprenden bien”, aseguró María Virginia Pérez, directora municipal de Cultura en Bauta.
Tiene razón. Este proyecto lo sabe bien, porque además de contar en el puente de mando con un artista de fibra, ha dejado huellas hermosas y perdurables por todo el paisaje de la provincia artemiseña, Mayabeque y la capital cubana.
Tiene razón. Este proyecto lo sabe bien, porque además de contar en el puente de mando con un artista de fibra, ha dejado huellas hermosas y perdurables por todo el paisaje de la provincia artemiseña, Mayabeque y la capital cubana.
Bastaría mencionar un detalle para saber del rigor a que hacemos referencia: a la hora de acometer el mantenimiento, cada especialista de la casa fue consultado para saber qué detalles, tipo de iluminación y colores, requería la cátedra donde impartía clases.
Los de danza, por ejemplo, pidieron que su cátedra fuera pintada en carmelita oscuro hasta la altura de la cintura, pues los ensayos de danza exigen, en muchas ocasiones, que los alumnos pongan los pies estirados contra la pared.
Cuenta María Virginia que el ritmo constructivo marcha a todo tren, con solo el domingo como día de descanso, se cuenta ya con casi todos los materiales necesarios, salvo las tejitas de una plataforma interior, avanza la instalación de luminarias superiores en calidad, se restauró completamente el mural del pintor Oslier Pérez y ya se han jurado que en breve tendrán una Casa de Cultura mejor que nunca.
María lamenta contar hoy con la fuerza técnica disminuida en una institución, donde tanto aportaron eres maravillosos y entregados a fomentar lo que Fidel bautizó para siempre como escudo y espada de la nación.
No obstante, la belleza siempre seduce, atrapa y la Casa de Cultura Mirta Aguirre, con su maravillosa nueva estampa, seguro ha de enamorar y atraer a una cifra incalculable de bautenses.



