En el momento de escribirle la última crónica a su incansable persona, Sam Dos Santos Castañeda colgaba de lo alto en las afueras de un edificio en La Habana, desempeñando lo que suena como un oficio altamente poético: alpinista industrial.
Sin embargo, pintar las afueras de altos edificios no tiene mucho de poético y sí mucho de arriesgado, si bien se mira el asunto. Más de poéticos tienen aquellos efectos especiales de Sam para películas como Kamgamba y series como Duaba: la odisea del honor, donde el coraje de los cubanos se puso a prueba ante el empuje de las fuerzas colonialistas.
Pero este caimitense, también escultor y músico, parece hecho a la medida de todos los oficios imaginables, pues además de los ya nombrados, se ha tomado muy en serio, con el rigor y carácter tradicional y científico que lleva, la cultura del masaje, ámbito en el cual acaba de obtener el tercer lugar en la categoría Master Massage en la Copa Internacional de Masaje y Quiropraxia 2025, en Mérida, México.
“Agradezco en especial este reconocimiento internacional, al experimentado profesor Raynier Rodríguez Lara, quien me pulió como a un diamante en bruto y aprovechó los conocimientos adquiridos anteriormente, para mostrarme en qué especialidad yo era más fuerte, con el fin de prepararme con vistas a competencias como la de México”, reconoce Sam.
Pero no solo al profesor Ray le agradece, sino también a otros maestros como Michel Urango, Raúl Rodríguez, Orestes Rosales, Carlos Antonio Delgado, Lázaro Enrique Llópiz Archer y Pedro Sandoval Elola.
Es un reconocimiento significativo, pues aunque no reporta estímulos en dinero, sí reconoce el valor y los dones de alguien que va superando los espacios inmediatos de su quehacer.
Cuenta Sam que, generalmente, se ve al masaje reducido a la función de calmar dolores y al ámbito deportivo, un concepto totalmente falso, pues cada ser humano, esté adolorido o no, sea deportista o sedentario, puede disfrutar de las bondades de una actividad que incluye una profunda y larga historia cultural, asentada a sus anchas y con grandes resultados en países como China, Tailandia y la India.
Graduado de la escuela de Masaje Corporal Profesional de Comercio Interior y de Masaje Sueco en la Universidad Girón, del Minsap, reconoce que cada masajista debe tener un profundo conocimiento anatomorfológico del ser humano, que los cubanos suelen presentar notables problemas linfáticos y en la cervical, así como en el nervio ciático.
“No se trata de dar el masaje y ya. Yo lo combino con los chacras, la medicina tradicional, la astrología, la anamnesia, que es el chequeo profundo a cada cliente por parte del masajista.
Desde el año 2023 Sam se encuentra en esta aventura. Se graduó del curso de Introducción a la Medicina Tradicional China, en el Instituto Confucio de la Universidad de La Habana y allí comprendió que era imprescindible estudiar el idioma, la filosofía y las leyendas de ese milenario país, si pretendía ganar respetabilidad en su labor.