Ni la leyenda ni la trascendencia de los poetas y artistas de la plástica origenistas, parecen agitarse, pues cada nueva edición del Taller Orígenes y su espíritu actual, en la biblioteca Antonio Maceo, en Bauta, revela nuevas interpretaciones acerca de lo que estos escritores y artistas aportaron a la consolidación de lo más auténtico de la cultura cubana.
Tras dejar inaugurada una muestra de obras significativas de pintores bautenses y de otros muy vinculados al municipio, un panel compuesto por el Máster en Ciencias Gerardo García Barceló, el escultor Rael Rodríguez Capote y el arquitecto Ismael Brito Abreu, se encargó de protagonizar la 29 edición de este taller.
García Barceló, gran conocedor de la obra de José Lezama Lima, puntal del grupo Orígenes, y del resto de sus voces líricas, reconoció en esta agrupación diversa, su búsqueda del sentido de lo nacional, su irreverencia ante otros discursos poéticos que le antecedieron, y destacó en la novela Paradiso, obra cumbre de Lezama, su extraordinaria capacidad para moverse, desde el reflejo de lo más sublime de la cubanía, hasta la sugerencia para elaborar una atípica natilla casera.
Rodríguez Capote abordó la impronta de otro origenista imprescindible: René Portocarrero, cuya casa natal permanece en muy lamentables condiciones, y reconoció en el presbítero y poeta Ángel Gaztelu, líder espiritual de Orígenes, su extraordinaria capacidad para entablar relaciones tanto con personajes muy bien plantados económicamente, como con los humildes pescadores de Playa Baracoa.
Brito Abreu, especialista de la Oficina del Historiador de la Ciudad, abordó el tema La pintura religiosa en Cuba: su estado de conservación, a partir del artículo homónimo del poeta y presbítero Ángel Gaztelu Gorrito, publicado en 1965.
Lo que tanto preocupaba al autor de Gradual de laudes, en esa fecha ya distante, se ha ido agravando y hoy el daño es bien visible en este tipo de creaciones, a partir de las nefastas influencias del paso del tiempo, la intemperie, las llagas, los hongos, el vandalismo y la desidia de los hombres, según reconoció el especialista.
De Gaztelu resaltó que, a pesar de ser español de nacimiento, su verdadera pasión ocurre con la cultura artificiacubana y los pintores vanguardistas de la Isla, con los cuales sostuvo lazos afectivos y artísticos muy fuertes, no así con la obra y los pintores academicistas españoles que incursionaron en la pintura religiosa en Cuba.
En esta edición, Rael, también un excelente pintor, muralista, restaurador y promotor cultural, recibió un homenaje por parte de la Dirección Municipal de Cultura, encabezado por una de las fundadoras del taller: María Virginia Pérez, y pretexto ideal para que el creador bautense evocara, de manera sencilla y sentida, su orgullo por haber obsequiado obras de su autoría a los papas Benedicto XVI y Francisco, recientemente fallecido y con quien pudo intercambiar unas breves palabras de afecto y admiración mutuas.
A las cuerdas del maestro Erdwin Vichot se debieron las interpretaciones de la habanera Tú, de Eduardo Sánchez de Fuentes; la pieza Elena, de Sergio Vitier, y el célebre tema del serial televisivo En silencio ha tenido que ser, de la autoría de los hermanos Sergio y José María Vitier.
La joven agrupación Yordance, intérprete de la pieza Aleluya, completó una jornada que encajó a la perfección en las palabras de la promotora y especialista literaria Ana Margarita Ibáñez: “La cultura crece donde el arte se levanta”.