No le bastó a la escritora artemiseña Olga Montes Barrios, contar montañas de buenas historias a través de relatos publicados en incontables páginas, ni que esas páginas se convirtieran a la postre en libros premiados en Cuba entera.
Un buen día decidió que aventurarse en este tipo de escritura no le era suficiente, y mudó parte de su inspiración hacia el atractivo universo de los audiovisuales. De ahí que, tras un intenso estudio del lenguaje de esta variante de expresión artística, decidiera probar suerte con la escritura de varios teleplays y obras breves, para después encarar el durísimo reto de escribir el guion de una telenovela completa: Mujeres de café, versión de una obra literaria homónima, Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas, y en planes de filmarse a lo largo del presente año.
Además de terminar la escritura de un proyecto tan exigente, Olga asumió las riendas de un guion para la serie juvenil Temperamentos, y se afana en una novela infantil nombrada Chimbe al rescate, a la cual ya escribió su versión para un largometraje que obtuvo el Premio del Fondo de Fomento del Cine Cubano.
Como sumar galardones a su currículo ya es habitual, la autora agregó otro más, pues el capítulo piloto de la serie animada Chimbe, basada en una obra suya del mismo nombre, mereció el Premio de Mejor Corto en los Premios TAL, un importante evento que reconoce obras audiovisuales significativas realizadas en Latinoamérica.
Durante la próxima Feria del Libro en San Carlos de la Cabaña, la escritora Olga Montes Barrios volverá a manos de sus lectores habituales, esta vez con el cuaderno para niños Uva y el jardín de los caramelos, publicado por el sello editorial Unicornio.
En este caso se trata de una novela infantojuvenil, que aborda el tema de la violencia hacia las mujeres y las niñas, visto desde el punto de vista de la infancia. Con este libro cierra otro ciclo dorado que no, en verdad, no finaliza del todo, sino que sirve de punto de partida para lanzarse a nuevos retos con su indetenible pasión creativa ante teclados que, milagrosamente, no arden ante el peso de tanta inspiración fecunda.
