Renacer es el pretexto para dejar atrás la violencia, las lágrimas y los maltratos, para que el amor propio convierta en realidades hasta lo imposible, y también ha sido el nuestro al traer a esta página a Aitana…, a la actriz capaz de encarnarla, nacida en San Antonio de los Baños: Eileen Acosta León.
“Realmente no les voy a mentir. Tenía un poco de miedo por la reacción del público al tener un personaje detrás de otro, dos novelas, una detrás de otra”, nos cuenta la graduada de la Escuela Nacional de Arte y después del Instituto Nacional de Arte.
“Tenía como ese miedito de cierto rechazo, pues es un protagónico; estaría en todos los capítulos, quizás tenía miedo de saturar al público, pues mi imagen no tuvo tiempo de refrescarse en pantalla.
“Pero traté de diseñar una mujer lo más diferente posible. En sus cualidades no tenía nada que ver con Laura, de Viceversa, pero eso también es un arma de doble filo, al exigirme muchísimo el enfrentarme a Aitana.

“Traté de no parecerme en nada ni físicamente. Cambié el corte y color del pelo,mi manera de caminar, me quité manías que se nos quedan, y la verdad disfruté el proceso, pero con nervios.
“Grabamos, pero no vemos el resultado final. Eileen está frente a la pantalla como todos, por primera vez, y siempre pienso en si algo estuvo mal, o alguna escena no estuvo al cien, pero bueno, eso pasa. Uno siempre se exige un poquito más.
“¿Las emociones?, imagínate, no te puedo decir si tengo alguna técnica que quizás le funcione a otros. Cada actor tiene su librito.
“En este caso partí sobre la verdad, creerme lo que realmente pasaba en escena. No trabajo mucho con memoria emotiva, sobre un recuerdo, alguna experiencia o algo vivido. Parto del conflicto. No todos lloramos de la misma manera, encarnar un personaje con tantos momentos super dramáticos y fuertes, amerita sentirlo en la piel, y este es de los más complejos y completos escénicamente.
“No tengo mucho de Aitana, sí me identifico y siempre lo digo, con su valentía y ganas de luchar por lo que uno quiere, por salir adelante, por tener a su hijo, ser una mujer independiente, por no dejarse arrastrar por la maldad de absolutamente nadie.
“Ella y yo tenemos ganas de triunfar. Vengo de San Antonio de los Baños, no tengo familia artista ni tenía amistades que a lo mejor me hubieran podido resolver un personaje. Todo lo alcanzado ha sido con el esfuerzo y sacrificio, mío y de mi familia.
“Eso lo he visto reflejado en mi carrera, y quizás he sido un poco premiada con oportunidades, por así decirlo. Me llegaron estos dos personajes, uno detrás de otro, dos novelas, dos privilegios que no tienen muchos, pues tengo colegas muy buenos y sin opciones laborales.
“¿Qué decirte de la relación con Dieguito?, fue fantástica. Ese niño, es un prodigio, diría yo; tiene muchísimo talento, carisma, es muy cariñoso, se entrega al cien por ciento en el trabajo, sin ningún miedo, sin demostrar cansancio. Él no sintió el rodaje de Renacer.

“A veces nos cogía un ritmo de trabajo que grabábamos muchas escenas diarias, lo cual es muy fuerte, dieciocho, diecinueve, veinte escenas, entonces él estuvo todo el tiempo ahí para nosotros y no solo se sabía sus textos, se acordaba de los de nosotros.
“Me decía, Eileen, no es eso, es esto. ¡Ay, verdad Dieguito!, y nos corregía. Así fue muy divertido y a la misma vez bonito. Se deja querer, tuvimos mucha química, pues es divertido, chévere, le encanta jugar, siempre ríe, en fin, me quito el sombrero ante él.
“Si cuando sea grande quiere ser actor aún, será uno muy talentoso.
“Una de las escenas más difíciles todavía no ha salido al aire, otra fue en la terminal, donde debía ver las fotos del niño, desgarrarme, llorar.
“Repetí muchas veces esa emoción al límite, por estar en medio de personas viéndome, muchas hablaban, me alababan, y había que cortar. El dolly a veces cogía bache, en fin, la repetí como siete veces. Traté de ensimismarme, concentrarme, y llegó el resultado.
“Y otra difícil fue al intentar llevarme al niño, y Gertrudis verme. Fue muy fuerte. Se grabó de madrugada, hubo que repetirla muchas veces, pues no podíamos equivocarnos. Era un plano en secuencia. Muy desgarradora a nivel emocional, estábamos cansadas las dos y le pedí abrazarnos, para trasmitirnos buenas vibras, así nos salió.

“El proyecto más inmediato es Aquí con Roclan, en pantalla en estas vacaciones, como una especie de talento y tengo un personajito un poco contentón, por así decirlo, como la contraparte del presentador. No me atrevo a decir que es de humor, sí con un toque refrescante, entre las entrevistas, al ser muy variado. ¡Ojalá les guste!
“Consejos serían muchísimos. Son situaciones muy desagradables. Hay quienes dicen que en el siglo XXI no existen mujeres así, pero se equivocan. Hay muchas violentadas, casos de feminicidio.
“Estudié sobre la base de historias reales para encarnar a Aitana. No es solo un personaje de novela. Es muy triste la existencia de muchachas que por su relación amorosa no tienen derecho a absolutamente nada, ni a opinar en su casa, ni a ser independientes, a cuanto quieran con su vida y en su vida.
“Deberían despertar y saber cuan fuertes somos, podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo y eso es un don. Incito a luchar siempre por cuanto queremos, a no dejarnos aplastar.
“Cero sumisión, cero maltrato. Mujeres al poder, pues somos capaces de todo. Debemos decir basta a estas situaciones. Mi llamado es a abrir los ojos, a no cegarnos por amor ni por absolutamente nada.
“Habrá que ser felices siendo felices. Valga la redundancia. Debemos ser lo que queremos ser”, nos convida Aitana al término de nuestro encuentro, y mucho más Eileen, la ariguanabense, devenida habanera, casada, sin hijos, pero privilegiada entre Viceversa y Renacer, dos experiencias humanas incalculables, desde los sentimientos y el arte.
