Tengo la inmensa suerte de que, como autor de un buen número de títulos, ganador de varios premios y miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), me hayan designado para estar al frente de varias peñas para la promoción del arte y la literatura en mi municipio de residencia, Caimito.
Igual suerte positiva han corrido otros escritores artemiseños, varios de ellos miembros de la Uneac y otros no, pero todos con una obra de valía que jamás debe pasar por alto en ese lugar donde el escritor ha puesto casa y destino.
Un escritor es un personaje que, en muchas ocasiones, funge como asesor literario dentro de las instituciones culturales y en otras regala asesoría y conocimientos por el simple acto de servir a otros autores en desarrollo o menos avezados.
Sin embargo, en reciente conversación con dos de nuestros mejores escritores en el territorio, los alquizareños Reynaldo Riverón y José Alberto Nápoles, descubrimos que muy apagados andan los entusiasmos en este municipio sureño respecto a la instrumentación de la Resolución 70 de 2021 de Ministerio de Cultura, destinada a beneficiar a los escritores de todo el país.
Según cuenta el autor de Adónde voy sin el viento, Alquízar no cuenta con una sola peña literaria y el presupuesto de cultura no incluye la posibilidad de invitar a escritores no residentes en el municipio.
¨A mí me programaron una sola actividad en el mes de abril y se les olvidó invitarme. Después me la programaron en mayo y me la pagaron en julio y por la irrisoria cifra de 500 pesos. Ya el año está por terminar y no he vuelto a recibir ninguna invitación¨, asevera Riverón, asesor literario en la Casa de Cultura municipal.
A Nápoles no le ha ido mejor. Solo una actividad le programaron este año, lo cual es una prueba de cuánto se minimiza el papel del escritor, aunque la Uneac en la provincia y la Dirección Provincial de Cultura han sido muy claros respecto a la atención que las direcciones municipales de cultura deben conceder a los escritores de la vanguardia artística artemiseña.
Tal como asegura este poeta y crítico literario, ¨las instituciones tienen que ir a los escritores, buscarlos, aprovecharlos al máximo por todo lo que representan desde el punto de vista espiritual y cultural para los seres humanos¨, una realidad cumplida en territorios como Bauta, Caimito, Candelaria, Artemisa y San Cristóbal…pero no en Alquízar.
En este sentido, no sería ocioso recordar las palabras del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez durante la clausura del IX Congreso de la Uneac: ¨Resulta inaceptable que no se comprenda que todas las instituciones culturales existen por y para los creadores y su obra, no a la inversa¨.
Sería entonces un acto de coherencia preguntarnos: si en otros municipios artemiseños se puede, ¿por qué en Alquízar no?