Un verdadero acontecimiento lírico significó la publicación en Cuba del cuaderno de décimas Alrededor del Punto, del poeta, periodista y diplomático Adolfo Martí Fuentes (1922-2002), ganador del premio del Concurso 26 de Julio de 1971.
El jurado, compuesto por los escritores Eliseo Diego, Luis Pavón Tamayo y Raúl Luis Castillo, olfateó con agudeza la calidad extraordinaria de este cuaderno que, según el poeta, investigador y crítico Juan Carlos García Guridi, “aparece en un momento en que la décima se hallaba estancada entre el panfleto y el ruralismo”.
“Adolfo retoma viejas fórmulas y experimenta con otras nuevas, aborda tópicos de interés y las acerca a las Vanguardias sin apartarse de la tradición, he ahí su gran mérito”, afirmó Guridi.
De este libro, he tomado un par de lo que se conoce como Décimas de Calcetín (o Reversibles), escuchadas de manera habitual por quienes siguen la obra de la carismática improvisadora Tomasita Quiala. Esta variante de la décima puede ser leída o cantada de arriba abajo, o de abajo arriba, sin que nada en absoluto cambie dentro de los diez versos que la componen.
Prueba de ellas son estas que, en libro tan innovador, Adolfo dedica al acontecimiento que da pie al origen de la Revolución encabezada por Fidel: el asalto a los Cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el 26 de Julio de 1953, a la postre llamado El Día de la Rebeldía Nacional.
26 de Julio
Pueblo-jinete te sabe
cabalgando en la memoria,
Por eso de nuestra historia
llama, llegaste a ser llave.
Claro clarín fue tu clave
de enardecidos rumores,
que abrieron tus resplandores
de brillantes fogonazos,
firme sendero a los pasos
de martianos seguidores.
De martianos seguidores
firme sendero a los pasos,
de brillantes fogonazos
que abrieron tus resplandores.
De enardecidos rumores
claro clarín fue tu clave.
Llama, llegaste a ser llave.
Por eso, de nuestra historia,
cabalgando en la memoria,
Pueblo-jinete te sabe.


