Escuchar los acordes del maestro del laúd Erwind Vichot Blanco es un privilegio. Escucharle sus palabras, principios y conceptos –ya sin laúd en mano- no resulta tampoco un privilegio de menos calibre.
Afirmo lo anterior por el gusto que ha significado, desde hace años, conocer a esta personalidad de la cultura cubana anclada en Corralillo, Bauta, y por entrevistarlo en más de una ocasión para diversas publicaciones de la nación.
Si bien Erdwin Vichot no se detiene nunca en sus andares por el pentagrama, puede jugoso empleo de su palabra de conocedor profundo para impartir conferencias acerca de los orígenes y la historira de la música cubana
A punto de celebrarse en la ciudad capital el evento Artemisa Mestiza, considera que es preciso garantizar la participación en este de prestigiosas agrupaciones como Debosón y Yawar, poetas repentistas como Renito Fuentes, Iosvany León y Héctor Montesinos, guitarristas como Valentín Puentes y el extraordinario Pancho Amat.
Más allá de un evento, está convencido que la Artemisa de María Teresa Vera merece una Casa de la Trova, por todo lo que ella representa para la música cubana y por el empuje y apoyo solidario que siempre brindó a otros creadores, entre ellos los imprescindibles Lorenzo Hierrezuelo y Manuel Corona.
Para el sello BIS MUSIC, Erdwin Vichot entregó recientemente su aporte en dos discos, aún sin ver la luz: uno de música instrumental con la agrupación Cuerdas del Monte y otro para homenajear los 25 años de vida artística del poeta repentista Luis Paz (Papillo).
Erdwin Vichot sueña, no solo con seguir trabajando en cuanto espacio lo necesite y convoque con respeto, sino con realizar un disco ¨donde el laúd cante¨ y no aparezca como acompañante, de fondo, imposibilitado de demostrar sus grandes posibilidades expresivas.