La permanencia de desechos sólidos en sitios públicos de San Cristóbal resulta habitual. La grotesca imagen parece perpetuarse en el paisaje y comienza a ser parte de lo cotidiano incluso en aquellos puntos de recogida donde su presencia debería ser fugaz.
En la edición anterior de el artemiseño, Raúl Agustín Palenque Acevedo, residente en el Consejo Popular José Martí del municipio, manifestaba la preocupación por la problemática en su comunidad. “Aquí no se recoge la basura y tenemos una población de 6 500 habitantes. El pueblo se está convirtiendo en un vertedero generalizado”.
Una situación similar presentan el resto de los asentamientos. La UEB Comunales, responsable de la recogida de desechos sólidos, cuenta con un solo carro -Zil 130- para asumir el encargo. El otro vehículo de ese tipo y un tractor, están en reparación, mientras el camión especializado en la labor, se encuentra detenido por falta de gomas.
Ni siquiera ese es el problema: “El déficit de combustible, hace aproximadamente un mes, determina las dificultades en la recogida. Ante la gran reducción de la cantidad asignada, solo recogemos el casco urbano: arterias principales, hospital, las escuelas y círculos infantiles, cuando disponemos del líquido”, expone Roberlando L. De Guevara, director de la UEB .
Los residentes en las cuadras interiores deben llevar los desechos hasta los microvertederos. Cuando el carro del saneamiento demora días en evacuar dichos sitios, aparecen imágenes de suciedad, mal olor y los peligros para la salud humana.
Ello en el casco urbano, imagínese cómo será la situación en las comunidades rurales en las que Comunales no puede garantizar el servicio actualmente.
Usar la tracción animal en la actividad, mediante la contratación a trabajadores por cuenta propia (TCP), los llamados carretoneros, resultó una opción muy viable por algún tiempo en la localidad.
“Trabajábamos con el carro y los carretoneros. Donde no podían entrar los equipos, teníamos tracción animal como en el Consejo Popular José Martí, pero allí se fueron todos, también en El Mambí y otras zonas”.
El directivo asegura que de 26 sólo quedan seis. Durante un tiempo brindaron el servicio con vehículos en comunidades desprotegidas. La estrategia resulta insostenible en medio de la crisis energética.
Los carretoneros parecen ser la solución al problema. Pero, ¿por qué han renunciado en masa? Para quien cobra 1 000 pesos mensuales y debe pagar 400 de seguridad social, y otros impuestos, la cuenta obviamente no da.
“Si el salario fuera más elevado podríamos contar con esa mejor opción, incluso más que la de los equipos porque, aunque haya una recuperación, continuaremos con el déficit de combustible”, considera De Guevara, al tiempo aclara que, hasta el momento, en tema de presupuesto, es la cifra pactada con la Unidad de Aseguramiento Central.
Denia Montes, directora de la ONAT en el municipio, explica: “El aumento de la cifra de seguridad social fue necesario para respaldar los pagos por los diferentes conceptos a los que tienen derecho como cualquier trabajador estatal, cuyos montos ascendieron con la última reforma salarial.
“No obstante, el Decreto-Ley 48 del Régimen Especial de Seguridad Social para los TCP, los socios de las cooperativas no agropecuarias y de las Mipyme, en vigor desde agosto de 2021, permitió a los afiliados que contribuían por la escala anterior – 87.50 en este caso- mantenerla o variarla durante los dos primeros años de su aplicación.
“Por otro lado, aunque el Ministerio de Finanzas y Precios estableció un régimen de tributación general para todos los trabajadores por cuenta propia, los jefes de oficina podíamos autorizar en algunos casos el pago en régimen simplificado, el cual se les aplicó a este tipo de TCP en nuestra localidad hasta 2022, para que la cuantía a abonar fuese menor, por tratarse de una actividad de las que menos ingreso percibe. Este año es obligatorio el tributo en régimen general: un 10 % de las ventas y servicios, un 5% de la totalidad de ingresos personales, sin excepción”.
Envueltos en la madeja de presupuestos y tributos, los también conocidos como bueyeros, han desistido de contratarse con Comunales, al menos la mayoría. Si bien su condición de TCP les permites realizar –legalmente- otras labores lucrativas a la par del servicio en cuestión, obviamente falta incentivo para mantenerlos en la actividad.
Resulta oportuno y necesario fomentar el interés por el trabajo de recogida de desechos sólidos en personas que dispongan de tracción animal, esa parece ser la solución más sostenible a la desagradable y peligrosa proliferación de basura en San Cristóbal.