Aumentar la siembra de alimentos es uno de los retos más apremiantes para quienes trabajan la tierra, principalmente cuando se trata de un producto de primer orden en nuestra canasta básica, como el arroz.
Una donación de maquinaria especializada contribuye considerablemente con este propósito, en los rendimientos de la UEB de Semillas Corojal, de Artemisa, la cual lograba resultados alentadores desde mucho antes.
“Hacía diez años no teníamos rendimientos como estos, en calidad y cantidad: 19 000 quintales en 134 hectáreas, unas 6.4 toneladas de arroz por hectárea, que entregamos como semilla al secadero de Majana para después sembrarlo”, explica Carlos Mainegra, jefe de sub-base Corojal.
“Significa un gran paso de avance para la empresa y el pueblo artemiseño, por las facilidades de adquirir el producto”, señala con orgullo.
Provechosa tecnología
Actualmente esta UEB trabaja concatenada con la de Servicios Técnicos de Maquinaria y Riego de la propia empresa. Ahora no solo siembran semillas, sino también prestan servicios a los productores.
Ya los campos 15, 18 y 19 (74 hectáreas) fueron sembrados con la técnica húmeda, llenando los diques y dejando caer las semillas desde el avión. El resto, los campos 2, 4, 30 y 31 (hasta completar 214 hectáreas), los están sembrando con el avión, pero en el campo seco, que después se moja, nace el cultivo y se retira el agua, añade Mainegra.
Disponen de los productos necesarios para una correcta cosecha, tanto fertilizantes como fungicidas y herbicidas, asegura el jefe de sub-base.
“La empresa cuenta con 540 hectáreas. Generalmente utilizamos el sistema de siembra de secado. Como estamos cerca de la costa, el otro procedimiento, el mojado, tiene un paso llamado fangueo, que encaja mucho la rueda de hierro en el suelo para picarlo, sale la salinidad del área y nos perjudica el cultivo”.
“Recientemente nos entregaron una microcosechadora, cinco tractores con rotovatores, tres transportadoras, una picadora y un tractor Hito, con sistema de refinador láser para hacer la terraza plana, al eliminar las ondulaciones del terreno… y piezas de repuesto para todo”, argumenta José Francisco Rodríguez, director de la UEB.
“Por eso ha sido tan beneficioso el donativo japonés. Con esta maquinaria se puede emplear el sistema de siembra de mojado, más económico y rápido, pues estos rotovatores solo fanguean a diez centímetros de profundidad, de manera que la salinidad no nos perjudica.
“También se realizan menos actividades con combustible. Para el sistema de secado recibimos 85 litros por hectárea, mientras para este de fangueo necesitamos solo 60, y los 25 que ahorramos pueden ser empleados en otras funciones. Así, se agiliza el proceso”.
Inversión oportuna en el arroz
El agua siempre ha sido vital para la siembra del arroz, más que para otros, por la evapotranspiración, la infiltración y la percolación.
Durante la campaña de siembra de primavera, gracias a la etapa y sus características climáticas, sobra el agua de las presas y pozos, pero en la campaña de invierno se torna difícil, por las escasas lluvias.
La campaña de frío en el Corojal comienza en octubre, y en ocasiones se extiende hasta enero, para aprovechar los márgenes de llenado de las presas que los abastecen.
“Planteamos desde hace años una obra de inversión a cargo de Recursos Hidráulicos, para incorporarle a una presa cercana (Corojal, la más importante que tenemos) una planta de rebombeo electrificada, a fin de surtirla y mantenerla llena todo el año”, sostiene Rodríguez.
“Disponemos de cuatro pozos con sistema de rebombeo, y es muy efectivo; por eso la necesidad de ampliarlo hasta la presa”, insiste el director de la UEB.
El futuro inmediato
En la zona de El Fajardo, detrás de la ciudad de San Cristóbal, 500 hectáreas que pertenecían al Minint fueron entregadas a la UEB de Semillas Corojal para convertirlas en tierras productivas.
En estas extensiones de terraza plana, la empresa va a emplear un nuevo sistema puesto en práctica en Matanzas: contratar solo un hombre por cada dos caballerías.
Según explica el jefe de sub-base de la UEB, “la empresa asume la preparación de tierras, limpieza de canal y siembra con los nuevos equipos modernos. La única función del contratado sería redireccionar el agua en el sembradío, en caso de ser necesario, revisar el grano por si presentase plagas… y ahí la empresa volvería a accionar.
La idea consiste en trabajar en esa zona con el objetivo de incrementar la producción de arroz para consumo. Estas tierras se alimentarían de la presa de San Cristóbal y su río y, al estar a siete kilómetros de la costa, la introducción salina no afectará en nada a los cultivos”.
Luce como una estrategia prometedora, a tono con la importancia del grano. El consumo mundial de alimentos pudiera parecer muy variado, pero tres cuartos de la comida en el planeta se basan en platos de arroz, maíz o trigo… y, de acuerdo con diferentes estadísticas, el cereal cotidiano en la mesa de los cubanos es el más empleado en la alimentación humana.
Aunque los planes de los arroceros artemiseños suponen mejoras para la producción, el pilar de sus logros sigue siendo el esfuerzo constante.
Hoy no solo recogen parte de las cosechas de la campaña de frío, y superan las 536.84 toneladas previstas, sino también inician la siembra siguiente, a la cual le auguran rendimientos incalculables en comparación con años anteriores.
(*) Tras el paso de la Tormenta Tropical Laura, hay 240 hectáreas de arroz encamadas, lo cual puede afectar su rendimiento, incluso hasta dejar de producir 720 toneladas.