José René Morales Núñez, médico residente de cirugía general, celebró su cumpleaños 26 en cuarentena. Allí, entre amigos hechos al calor de compartir sus días en un centro de aislamiento para pacientes positivos a la COVID-19, ubicado en la facultad de Ciencias Médicas de Artemisa, lo sorprendieron con una torta quizás para que olvidara la lejanía de casa y de la familia.
Entonces recuerda que parecía un autómata, al repetir sin cesar los pasos ya tan conocidos. Su rutina se ceñía a estrictos protocolos y cuidados para evitar el contagio, las fotos hechas a sus compañeros y a los paisajes tan típicos.
René trabaja en el Hospital General Comandante Pinares, situado en San Cristóbal, donde a la par emprende su especialidad. Es un enamorado de la Medicina, pero en el corazón aloja también amor a la fotografía: como un cazador de historias, de rostros, paisajes, momentos…
“Desde niño me gustaron las cámaras, las fotos y la realización audiovisual, sobre todo para la televisión. Cuando estaba en duodécimo grado me decidí por la Medicina, que también me atrae mucho.
“Actualmente colaboro con el telecentro ArTv, desde la corresponsalía en el municipio. Hago de camarógrafo y de editor de vez en vez. Lo disfruto y los ayudo. Ahora también formo parte de Radio Artemisa, para las redes sociales.
“Facebook es mi galería para exponer mis fotos. Procuro capturar todo: paisajes, animales, arquitectura, retratos… Lo que más disfruto es el fotoperiodismo”.
¿Cómo conjugas la Medicina y la Fotografía?
“La fotografía es mi hobby. Me encanta como la Medicina. Siempre ando cámara en mano, buscando el más mínimo chance para obturar. La profesión exige mucho de mi tiempo, pero lo busco; planifico los viajes y donde esté hago mis fotos”.

No hay rincón de su natal San Cristóbal que no haya capturado. La cámara es como el bisturí en el salón de operaciones. El oficio lo lleva en el alma.
Se graduó como médico en 2020. Vivió los momentos más álgidos de la pandemia y estuvo donde era más útil.
“Extraño mis tiempos de estudiante, principalmente los amigos. Éramos una familia. Nos divertíamos, pero con responsabilidad. Siempre estaba fotografiando y grabando esos momentos, que llevo en el corazón… y en imágenes, pensando en hacer un audiovisual con ellas”.
El niño que soñó con ser piloto, astronauta, bombero, periodista y, por supuesto, cirujano, adora su tierra natal y su casa, y es un madrugador nato, quizás porque sabe que al amanecer se logran excelentes fotografías.
“Soy como un campesino que amanezco en el surco”, dice. Anda con Buena Fe en su lista de reproducción y en la mochila nunca falta el equipo para suturar y la cámara.
Humilde, laborioso, martiano, René es un joven de estos tiempos, un cubano de corazón que va cosiendo y tejiendo historias con hilo y cámara en mano.