Cuando se escriba la historia de Artemisa, muchas páginas habrá que dedicar a 2021. Algunas serán tristes, para recordar a quienes perecieron en la batalla por la vida, pero la mayoría hablará de abnegación, sacrificio, solidaridad, amor y perseverancia. Con esas armas salimos a flote en el más duro de los últimos años y seguimos armados para afrontar 2022.
Gladys Martínez Verdecia, integrante del Buró Político y Primera Secretaria del PCC en la provincia, señala este como un año inolvidable en muchos sentidos, incluso para el Partido, que desarrolló su Octavo Congreso y ahora vive los procesos en la base, donde Artemisa ha sumado más militantes e implementan las ideas y directrices de la magna cita de los comunistas cubanos.

En medio de los balances municipales, el Partido sigue tomándole el pulso a problemas principales como la deficiente producción de alimentos, y profundiza en el enfrentamiento a la subversión, aspectos reflejados en los informes y discusiones de las ocho asambleas ya efectuadas y temas a debatir en las previstas para enero.
Más allá de lo difícil de 2021, “llegar a esta fecha con el 83% de nuestra población vacunada completamente, y unos 13 000 artemiseños incluso con dosis de refuerzo, nos llena de orgullo y habla de la profunda visión de Fidel de convertir a este en un país de hombres de ciencia”, asegura.
“También la cifra de mortalidad infantil hasta la fecha (3.8), nos ubica entre las provincias con mejores resultados en este programa de tanta sensibilidad.

“Vale mencionar igualmente la aprobación para exportar a dos empresas: la Agropecuaria Güira de Melena y la Agroforestal Costa Sur. Y están adelantadas en su expediente Cítricos Ceiba y la Agropecuaria Alquízar. Con los ingresos que generen por este concepto, estarán en mejores condiciones de adquirir los insumos necesarios y producir cada vez más para el pueblo.”
Otras obras marcan por su impacto el 2021. “Además del Vial a la Autopista, ya en fase final, fueron muy significativas las inversiones en la Central Termoeléctrica Máximo Gómez.
“Estas permitieron la puesta en marcha del Bloque 6, una proeza laboral en tiempo récord, cuando la situación epidemiológica era más compleja; la reparación parcial del Bloque 5 y la inversión en el conducto madre de los bloques 7 y 8, que permitió aminorar la contaminación al medio ambiente y responder así a un reclamo de los marieleños”.
Encima de la pandemia, un sismo con los mayores daños en San Cristóbal obligó a una inversión no planificada en el Hospital Comandante Pinares.
“No hubo una puerta que no se abriera para ayudar en el empeño. Hoy presta servicio incluso con más camas hospitalarias (437), una red hidrosanitaria completamente renovada, el falso techo y otras reparaciones que no han concluido, pero que no impiden atender al pueblo en esa institución insignia de la Salud artemiseña, nuestro principal hospital COVID durante los meses más complejos.
“Y no olvidar el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, de reciente inauguración en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y con importantes retos para el desarrollo del país en esta esfera.

“Aun golpeados por la COVID, sorteando la escasez de recursos y con el recrudecimiento del bloqueo, en Artemisa se repararon hospitales, consultorios y se levantó desde cero una sala de hospitalización en el Iván Portuondo.
“Cambiamos de categoría escuelas que estaban mal, de cara al inicio del curso escolar; estamos remozando el IPVCE; culminamos el Mercado Agropecuario de Candelaria, y se montaron nuevas máquinas de riego, entre otras acciones que contribuyen a mejorar la infraestructura de la provincia.
“¿Insatisfacciones? Quedan muchas. Artemisa no cumple el plan de la vivienda. No logramos estabilizar los precios ni frenar esa cadena especulativa de cobrar cada vez más por el servicio o producto que se oferta.
“Persisten limitaciones con el abasto de agua, y la baja cobertura de ambulancias y carros fúnebres nos golpeó muchísimo, aunque experimentamos una mejoría a finales de año con la entrada de ocho ambulancias y de piezas para la reparación de carros fúnebres”.
Muchas potencialidades por explotar tiene Artemisa. De saberlas identificar y usar depende mucho el desarrollo de la joven provincia.
“Hay un potencial tremendo en la agricultura, más allá de los polos productivos, así como reservas considerables en la producción local de materiales de construcción, tan necesarios para dar respuesta a los problemas habitacionales de los artemiseños. Otros que habrán de aportar son los nuevos actores económicos y el encadenamiento con la Zona Especial de Desarrollo Mariel”.

Urge superar los obstáculos que supone nuestra limitada infraestructura. “Artemisa requiere de un amplio proceso inversionista que no ha sido posible. Lo que tenemos no responde a una cabecera provincial, ni los cuadros cuentan con la experiencia para aplicar a la velocidad necesaria las nuevas medidas del país. Falta ese cambio de mentalidad del que tanto se habla, y elevar el nivel de gestión”.
Para los 38 barrios vulnerables ya identificados hizo un aparte en la conversación.
“Más que al barrio, debemos llegar con sensibilidad a la familia vulnerable, con el concepto de que cada núcleo es único y tiene un problema diferente, que a veces se resuelve con un simple trámite o buena orientación”.
De sus 22 años de trabajo directo en el Partido, Martínez Verdecia señala este como el más difícil.
“La pandemia nos lastimó mucho, nos preocupó y ocupó cada segundo, pues de nuestras decisiones dependía la vida de seres humanos. Pero nos crecimos todos, gracias a ese ejército incondicional de batas blancas, con la esperanza puesta en los científicos, el acompañamiento y la confianza del pueblo, unidos, demostrando que cuando se quiere hacer se encuentran los medios”.
Económica, social y políticamente fue un año sin precedentes. Llegamos hasta aquí con muchas sillas vacías, ausencias valiosas que nos recuerdan a cada instante el valor de la vida más allá de lo material. Por eso las palabras finales no podían ser sino de felicitación, aliento y gratitud.
“Gracias al pueblo de Artemisa, por su coraje y sonrisa, por acompañar al Partido y la Revolución en cada tarea… y no renunciar al sueño de construir una provincia próspera.”