Siete de diciembre ¡Cuánto
dolor nos deja este día!
En San Pedro todavía
ruedan las huellas del llanto.
Cayó el General que tanto
luchó por la independencia,
pero armados con la herencia
combativa de su ejemplo,
hemos construido un templo
de amor y de resistencia.
Yo sinceramente creo,
sin excesos pasionales
que en los momentos actuales
Cuba entera es un Maceo.
El héroe de Coliseo,
en etapas diferentes,
por los reclamos urgentes
que todo el mundo conoce,
se ha multiplicado en once
millones de combatientes.
El héroe cubano, hecho
como de un bronce distinto,
se colgó el machete al cinto
y a Cuba dentro del pecho.
No había camino estrecho
para el arriero oriental
ni trinchera colonial
que no sintiera el temblor
del sismo libertador
del paso del General.
El héroe que dignifica
todas las cosas que adora,
el golpe que lo devora
es el que lo multiplica.
Eso es lo que significa
que Cuba sea un Maceo,
dispuesta al relampagueo
de los fusiles cubanos,
para no ser en las manos
de los yanquis, un trofeo.