No muy lejos de los criterios suscitados por muchos colegas, tras el intercambio con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, los artemiseños apuestan por un modelo de prensa público a tono con la Política de Comunicación del Estado y del Gobierno, aprobada en 2018, con profundos debates durante el 8vo Congreso del Partido y que, por diversas causas, no ha logrado ponerse en práctica.
“Confío en que los sucesos del 11 julio hayan generado puntos de giros que motiven a seguir repensando el país, no solo en cuanto a la prensa, sino en todo el entramado de organismos, instituciones y organizaciones, con una alta cuota de responsabilidad en descongestionar insatisfacciones, dudas, preocupaciones, calamidades… que agobian a nuestra gente. Pienso que podemos transformar nuestras dinámicas y redacciones a tono con los tiempos que corren y para ello hace falta más recursos, pero también, más inteligencia, más oportunidad…, y más bomba”, opina María Caridad Guindo.
Yudaisis Moreno, se cuestiona si el artemiseño es líder en la comunicación de sus lectores ¿Será que los vecinos y amigos se enteran de lo que ocurre a través del periódico provincial? ¿Cómo ser más útiles a la sociedad? Son interrogantes que van del pensamiento de la directora del semanario hasta la redacción, y sabe que falta mucho por hacer y que para lograrlo solo se necesita “creer más en que somos periodistas”.

Apartado de la capital artemiseña, donde el uso de la Internet deviene en verdadero problema por las insuficiencias técnicas, Osniel Velazco menciona la necesidad de una revolución comunicacional en Cuba, mientras, Aydelín Velázquez, se proyecta por construir un discurso que ofrezca confianza al público, que no deje espacio para el cuestionamiento…”

Para el joven periodista Alejandro Lóriga, formado en la era de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, no es cosa fácil chocar a diario con una redacción y se pregunta “cuál es el poder sobrenatural para asumir la vida con sus altas y sus bajas, y luego contar qué sucede a nuestro alrededor”. Asegura que el periodismo es un ejercicio dinámico y que no hay que olvidar que el decoro está por encima de las narrativas y técnicas académicas.

Joel Mayor, prefiere quedarse con lo que nos toca hacia dentro y no permitir interferencias en la política editorial, a partir de ganarnos el respeto, no solo con nuestra actitud, sino, con nuestra profesionalidad, mientras, el Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida, Miguel Terry Valdespino, reconoce una realidad que no está contada en los medios y elogió la idea de poner en claro que periodismo y propaganda política no es lo mismo, y que en los barrios marginales, con sus habitantes desprotegidos también se escribe la realidad de Cuba.

Además de un bien público, la información es un derecho ciudadano. Es urgente un cambio comunicacional en nuestros medios que dé respuestas a las necesidades informativas de los públicos. Cuba se sumerge en la nombrada convergencia comunicacional y se hace imprescindible aplicar métodos que articulen- de manera adecuada- la tecnología con las plataformas tradicionales y la red de redes. Tenemos que informar, con la veracidad que se merecen nuestros públicos y la inmediatez que exigen los tiempos actuales.