El nombre de Lidiannys Echeverría comenzó a sonar fuerte en el mundo del voleibol de playa hace ya un par de años. Por ese entonces dominaba las canchas del Caribe junto a Leila Martínez e incluso llegaron a disputar el campeonato mundial de 2017, donde fueron a la segunda ronda.
Después de un periodo de éxitos la dupla se desintegró y la muchacha de Artemisa desapareció de los focos mediáticos, hasta que reapareció a principios de este año junto a su antigua compañera Yanileydis Sánchez, con quien había protagonizado una excelente actuación en la parada del Circuito de Norte Centroamérica y el Caribe (Norceca) de Varadero en 2016.
Tras su regreso, Yani y Lily, como se llaman cariñosamente, despuntaron en marzo de este año en la propia cita del balneario azul de Cuba; allí obtuvieron el bronce y tocaron la puerta para retornar por más.
Hace poco volvieron a la alta competencia, ya en su recta final, y conquistaron la medalla de plata en la parada dominicana de Boca Chica, allí llegaron a la final invictas, pero cayeron ante la dupla estadounidense integrada por la tricampeona olímpica Kerri Walsh y su actual compañera Brooke Sweat.
A inicios de noviembre consiguieron otro segundo puesto en la tierra del merengue, esta vez en el torneo de Hato Mayor, también parte del Circuito Norceca. Allí cayeron ante otra pareja norteamericana, esta vez Falyn Fonoimoana y Corinne Quiggle, aunque también dos sets a cero.
Pocos días después se trasladaron a Montego Bay, Jamaica para disputar la última parada del Circuito. En la tierra del reggae, Lidiannys Echevarría y Yanileydis Sánchez volvieron a caer en la final ante Fonoimoana/Quiggle, pero esta vez ganaron un parcial.
Tras estos resultados, las cubanitas han acumulado valiosos puntos para el ranking Norceca y mantienen una buena posición para entrar en un torneo clasificatorio de la región y buscar un boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio, el verano próximo