Desde 2016 no teníamos en la pequeña pantalla a dos de los torneos de fútbol más importantes del mundo. Por estos días la Copa América y la Eurocopa levantan las pasiones de los amantes al más universal, como lo hicieron hace cinco años.
La Euro comenzó antes, pero nuestra televisión solo pudo transmitirla a partir de este sábado, cuando comenzaron los octavos de final con bien llamativos duelos y alguna que otra sorpresa.
En los partidos de fin de semana, Dinamarca arrasó con Gales (4-0), y pasó de ser casi eliminada a estar en cuartos de final; ahora sale como favorita ante una República Checa que aprovechó un hombre de más y eliminó a los Países Bajos (2-0). La Naranja Mecánica jugó 35 minutos con diez, y fue superada por el empuje checo en toda la segunda mitad.
Antes, Italia tuvo que tirar de casta, historia y talento joven para derrotar a una difícil y rocosa Austria, en tiempo extra (2-1), luego de igualar sin goles en los 90 minutos reglamentarios.
El rival de la azzurra en cuartos de final será Bélgica, la cual destronó a Portugal, campeón defensor, y de paso dejó a Cristiano Ronaldo con las ganas de volver a levantar la copa. Otros interesantes duelos a base de Croacia-España y Francia-Suiza celebrados este lunes, así como Inglaterra-Alemania y Suecia-Ucrania -para el martes-, dejarán definidos a los ocho mejores del torneo.
América entra en la recta final
Mientras, la Copa América ya tiene definidos sus cuarto-finalistas, pues solo quedaron en el camino Venezuela y Bolivia. Como era de esperar, Brasil dominó su grupo, no sin algunas complicaciones en los últimos partidos, y Argentina debe concretarlo mientras se imprime esta edición.
A falta de los últimos resultados del grupo B, podría darse un duelo Brasil-Uruguay por pasar a las semifinales, todo un choque de titanes antes de lo planificado, dado el bajo rendimiento mostrado por los charrúas, quienes se juegan ante Paraguay no pasar de últimos y enfrentar a la canarinha en la próxima instancia.
Desde aquí nos aventuramos a pronosticar una final, la soñada entre Brasil y Argentina, Neymar frente a Messi por levantar el trofeo de selecciones nacionales más antiguo del mundo.