Visitar el área deportiva de la escuela primaria Domingo Lence Novo, en San Antonio de los Baños, permite respirar voleibol en toda su extensión. Hoy no solo se trabaja y entrena en la especialidad de sala. También andan a pasos certeros en el voleibol de playa.
Para llevarlo a lo más alto del podio en representación del Ariguanabo, hay un pequeño gigante. Un conocedor total de los secretos de este deporte. Para muchos, decir Alejandro Hernández puede parecer extraño; sin embargo, decir “El Lolo” es traer al presente campeonatos y medallas, que atesora en sus vitrinas, así como en el recuerdo popular.
Asesorar y guiar los destinos de este deporte, con paciencia y amor, clasifica en su calendario actual. Bajo el sol y sin perder la ternura de un excelente educador, se incorpora al quehacer de Rosendo Montero y Lázaro Ponce, profesores de esta área.
Pese a contar con más de 60 años, no le teme al cansancio. Llega temprano para ser ejemplo. Corrige un mal recibo, posiciona a las alumnas en la defensa en la cancha y perfecciona el saque. Así, espera tocar la gloria de repetir coronas en campeonatos provinciales.
Después de un tiempo alejado del deporte por problemas de salud, regresa en busca de hacer historia. Para alegría de muchos, “El Lolo” está de vuelta. Quiere devolver la condición de campeones al voleibol de playa del Ariguanabo.
“Estoy aquí porque me gusta trabajar en favor del deporte que amo. Mi compañero Eduardo Rodríguez sostiene el trabajo de San Antonio en el voleibol de sala, pero el de playa necesitaba un empujoncito. Sobre esa línea trabajo y espero recoger frutos, mediante la ayuda de los demás profesores”.
Con el optimismo que lo caracteriza, junto a modestia y sencillez desde la cuna, Alejandro Hernández resurge como Ave Fénix. No hay dudas, su regreso representa contar con una cátedra viviente del voleibol artemiseño.



