¡Se acabó el refresco de gas!, comenta mi vecina indignada por la corta duración del producto en su punto de venta, pese a ser distribuido mediante la libreta de abastecimiento, a razón de dos pomos por núcleo familiar en Artemisa.
Y se evaporó en pocas horas del fin de semana, opinamos en casa un tanto molestos a causa del carácter volátil de la golosina, desaconsejada por los médicos, pero bien deliciosa al paladar, sobre todo al de los niños.
Un aviso en la bodega casi siempre orienta a los consumidores sobre los productos disponibles en las tiendas de las cadenas Cimex y TRD, cuyo propósito, lo sabemos, es vender y engrosar su circulación mercantil, a lo cual aspira cualquier negocio respetable.
Sin embargo; un escenario de pandemia y desabastecimiento como el actual, ha exigido mayor sentido común y capacidad organizativa, de modo que se logre repartir, de la manera más justa posible, lo demandado por todos.
En ese afán colaboran las organizaciones políticas y de masas, combatientes del Ministerio del Interior y directivos de establecimientos, en ocasiones un tanto alejados de la interacción oportuna con los clientes.
La mayoría entendemos el tamaño de estos esfuerzos, y conocemos también de reiterados “faltantes” en la actividad del comercio, con sus correspondientes apellidos: de pollo, jamonada…, o lo que fuere, lo cual no esclarece ciertas interrogantes.
¿Por qué la venta liberada de algunos productos, a despecho de quienes aún no han comprado? ¿Quién o quiénes deciden despachar “al por mayor” lo mismo picadillo, que galletas dulces o saladas, de la Empresa Alimentaria y de Artículos Varios?
¿Los afectados, dónde deben exigir su derecho? Me asaltan las dudas, a veces la rabia, pues se suponía factible la distribución de artículos de primera necesidad a través de la libreta, en aras de evitar aglomeraciones, acaparamiento y lucro a costa de tantos imperativos.
Muchas aristas deben revisarse, a juicio de esta reportera y ciudadana, entre estas el ciclo de repartición por consejos populares, el estado actual de quienes no poseen libreta ni permiso temporal, la divulgación de los productos en plataformas digitales, espacios de facilitación social, y en el barrio, el núcleo fuerte de cada decisión gubernamental.
De igual forma se debe tener en cuenta, la distancia entre distintos puntos de venta, en los que han coincidido el mismo día, diferentes alimentos.
Si un miembro de la familia asume estas diligencias, mientras el resto trabaja o permanece en casa, ¿cómo adquiere pollo, aceite y galletas en la misma jornada?
Reflexiono sobre la base de lo real, y hasta “maravilloso” de nuestros mecanismos, diseñados con tanta buena fe, a los que, además, toca ponerles orden, inteligencia y constancia. Para eso somos millones y lo hemos demostrado.
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A río revuelto ganancia de pescadores … así dije el refranero… Nuestra forma «organizada» de hacer la distribución de los productos en estos tiempos tan difíciles tiene muchos puntos frágiles a sabienda de quienes están al frente de esta organización. Partiendo de que el «personal de apoyo» ya está viciado de indisciplinas y conductas reprochables a la vista del pueblo. Muchas cosas hoy nos laceran y estás no pasan inadvertidas, el mal que se hace es cada vez más profundo en lo económico, en los valores, en lo moral sobre todo por quienes deberían dar el ejemplo y tener el oído pegado a la tierra.
De acuerdo con usted Corina, en ocasiones se aprecian indisciplinas y vicios que dejan mucho que desear. El tema es bastante rico, polémico y enrevesado. Requiere mirada aguda de los periodistas, enfrentamiento social y oido receptivo de las autoridades competentes. Gracias por su opinión.
con eso le abren los caminos a los revendedores al igual pasa con los sigarros un producto nacional que el estado lo vende a 10 pesos y los revendedores lo venden a 50 o 60 en algunos momentos hasta 70 no entiendo eso que si las fábricas siguen produciendo porque en guanajay no hay una distribución para las bodegas diario para las personas que tienen ese vicio y Haci eliminamos un poco a los que se están enriqueciendo con el vicio ajeno al igual que otros productos deberian controlar más es mi criterio