Los vecinos con más tiempo de residencia en la calle 33, entre 56 y 58, en el municipio de Artemisa –bien pegado al conocido paso a nivel– no recuerdan en qué temporada lluviosa comenzó a acumularse el agua y a inundarse sus viviendas producto de la tupición en el sistema de alcantarillado. Ni siquiera los muros de contención que levantaron en los portales, pudieron evitar la entrada del agua con niveles por encima de las rodillas. Las inundaciones crecieron en proporción directa con la tupición cada vez mayor de las vías de desagüe a ambos lados de la calle.
Desde el pasado mes de junio el panorama cambió. La Mipyme Empresa de Construcciones Multiservicios de Alquízar, contratada por la Dirección Provincial de Acueducto y Alcantarillado, ejecuta acciones de reparación, mantenimiento y rehabilitación en ese sistema de desagüe. El trabajo no se ha terminado, pero las acciones realizadas permiten la evacuación del agua, que ya no se acumula ni provoca inundaciones en las viviendas de esta calle. Sin embargo, las dificultades no terminan.
Población agradecida… y precupada
Tan antiguas como las inundaciones son las reclamaciones y quejas de la población, que agradece el resultado parcial de la obra, pero se incomoda y preocupa por su paralización.
El tramo de la calle 33, donde se trabaja para erradicar las inundaciones, lo comparten circunscripciones de dos consejos populares: La Matilde y Centro. Regla Lanz Lorenzo, presidenta de este último, explicó que, “la obra se detuvo hace más de un mes por las lluvias y la falta de cemento. No se han tapado las ventanas que abrieron los constructores en ambas aceras de la calle”.
Añade que, además de algunos accidentes de quienes necesitan o se aventuran a transitar por allí, a pesar del cierre y de los riesgos que esto implica, “la plaga de insectos y roedores que ahora hacen de las suyas en las aguas acumuladas bajo el nivel de la calle, incentivan la preocupación de vecinos y autoridades sanitarias”.
Según informó la doctora Mayra Téllez Moreira, jefa del departamento de Higiene y Epidemiología en la Dirección Municipal de Salud, ya reportan en esa área focos de mosquitos y algunos casos febriles. No puede descartarse el hecho de que puedan extenderse y convertirse en una preocupación mayor, en un riesgo epidemiológico por la presencia del mosquito aedes aegypti y la aparición de casos de dengue y otras enfermedades. Añade los riesgos de accidentes, aun cuando esté bien señalizado el espacio y cerrado al tráfico vehicular y de peatones.
A estas alturas son varias las interrogantes de los vecinos y de no pocos artemiseños, la mayoría sin información correcta y completa acerca de las causas del paro de la obra y de las perspectivas para darle continuidad y terminarla.
No obstante, subraya la presidenta del Consejo Popular Centro, que la gestión para adquirir el cemento y reanudar la obra es preocupación del gobierno municipal.
Una obra compleja y necesaria
“Las inundaciones en esta calle eran ya insoportables para los vecinos y para el tránsito vehicular. Las dos galerías de desagüe, ubicadas debajo de las aceras, en ambos lados de la calle, presentaban un nivel de tupición que solo se podía resolver con mano de obra experimentada, a pico y pala, cerrando el tráfico, abriendo ventanillas y destupiendo las galerías, incluyendo los cajones colectores donde se acumularon y petrificaron durante años volúmenes importantes de desechos sólidos y líquidos, refiere Jorge Luis Cobas, director provincial de Acueducto y Alcantarillado.
“Aprovechamos el apoyo del gobierno municipal y contratamos los servicios de la Mipyme. Aun cuando no se ha terminado, lo hecho hasta el momento ha tenido calidad; el agua escurre por las galerías, no se acumula en la calle y por tanto cesaron las inundaciones. La obra está detenida, pero en cuanto tengamos el cemento, continuarán los trabajos hasta la terminación de la obra”, precisa el directivo.
Osbel Julio Batista Charles, socio único de Ecsmsa y jefe de la obra, explicó que “la única solución posible para eliminar las inundaciones era abrir las aceras, destupir los cajones prefabricados y los 150 metros de galerías ubicadas por debajo del nivel a ambos lados de la calle.
“La obstrucción era compleja por la acumulación y diversidad de los desechos, entre los cuales se encontraron colchones, partes de muebles, vigas enteras de madera, cubetas de aluminio y otros objetos lanzados en algún punto por la población, que no permitían el desagüe y provocaban las molestas y continuas inundaciones”, explicó.
Las obras iniciales contemplaron el trabajo manual de desobstrucción de las dos galerías. Ya está completa la senda donde está ubicada la parada de ómnibus, y en la del frente restan por destupir 20 metros de galería. Asimismo, pretenden extender el trabajo de limpieza hasta el talud natural que bordea la línea hacia la estación del ferrocarril.
Precisa el jefe de la obra que resultó muy acertada la interconexión de las dos galerías a través de la calle, en tanto permite la evacuación del agua de forma más rápida y efectiva por ambos canales al mismo tiempo.
“La obra se detuvo por dos razones: las continuas lluvias, propias de estos meses y la falta de cemento P 350 para pavimentar los casi 40 metros cuadrados de la calle y hacer las tapas de los registros. Cuando llueve, junto con el agua escurre a las alcantarillas abiertas una parte del material que de allí se extrajo y puede que eso obligue a repetir una parte del trabajo”, explicó.
“En cuanto las lluvias lo permitan y tengamos el cemento, pavimentamos la calle, terminamos de desobstruir el tramo de la galería que falta y cerramos las alcantarillas con tapas de hormigón, que podrán levantarse cuando se determine hacer trabajos de mantenimiento”.
Aclaró que, para lograr mayor eficacia, “es necesario en algún momento, ejecutar acciones de limpieza en todo el sistema de alcantarillado, desde la parte más alta del pueblo hasta aquí”.

Epílogo incompleto
Al momento de escribir este reportaje no había llegado el cemento a la obra y seguía paralizada. El viceintendente del gobierno municipal a cargo de esta esfera, no accedió personalmente ni por teléfono a dar información que pudiera aportar más claridad sobre el tema.
Confiemos en que, antes del cierre del año, culminen las labores en el alcantarillado de la calle 33, entre 56 y 58, en Artemisa. Se conocen las dificultades económicas y financieras que enfrenta el país, coyunturas en la que un proyecto, por pequeño que sea, puede no ejecutarse y cualquier obra se puede paralizar, al no estar dadas todas las condiciones para su terminación, por carencia de materiales, de equipamiento, incluso de mano de obra.
Lo que no pueden faltar son las explicaciones claras, completas y oportunas a la población afectada, así como las acciones emergentes para evitar poner en riesgo la salud de todos.