Artemisa cayó por 3-1 ante Guantánamo en el primer desafío de la subserie entre ambos, en el Estadio 26 de Julio, y entonces no sé si el béisbol es justo o no lo es, porque ganó quien fabricó más carreras, pero hay muchos “peros” en favor de los Cazadores.
Comencemos por el hecho de que a Andy Luis Pérez le recibieron de mala manera en el primer inning. Los visitantes le batearon con solidez: doblete, sencillo y triple. Pero, a partir de ahí, el diestro fue un coloso, al punto de completar los nueve capítulos, espaciar otros tres jits y ponchar a cinco.
Es preciso mencionar también que los bateadores artemiseños no fueron nada certeros con sus oportunidades, y dejaron no pocos compañeros en circulación: faltó la conexión remolcadora más de una vez. Pero, en la novena entrada, con dos outs y dos hombres en bases… ¡ocurrió lo increíble!
No hace falta decir que, en un momento así, un árbitro ha de ser más atinado que nunca. Y, desde luego, los árbitros son seres humanos, no máquinas infalibles. Pero cantar un tercer strike que ni siquiera estaba en zona de duda, sino tan afuera como una bola franca, resulta inconcebible.
Los nuestros batearon cuatro veces para dobleplay. Perdieron una buena ocasión de anotar en el segundo capítulo, otra en el tercero, una más en el sexto, otras dos en el séptimo y el octavo. En cada una tuvieron dos hombres sobre las almohadillas. ¡Y fallaron!
Nadie sabe si, de nuevo en el noveno, hubieran fallado… de haberse cantado bola aquel lanzamiento que jamás debió haber sido strike. El propio José Antonio Jiménez ya había recibido dos ponches (con un jit intercalado). Pero (y este es el principal de los “peros”) caer de esa manera… ¡no! No me parece justo.