Nacer con el impedimento de la visión le priva de ver el amanecer, la salida de las estrellas y los atardeceres en el campo o el mar, pero no de la ilusión de ser un eterno enamorado de la música, cuya luz le hace ser una persona emprendedora y dueña de un gran sentido del humor.
San Antonio de los Baños vio nacer a Jorge Gácita Morales el 9 de abril de 1954 y desde muy niño el arte de improvisar le acompaña. El laúd y la décima campesina son parte de su existencia.
Los primeros juguetes que tuvo fueron guitarritas y tamborcitos con los que buscaba el acorde preciso para divertirse. Por eso a los 14 años, se incorporó al Movimiento de Artistas Aficionados, triunfando en los Festivales Nacionales de la Asociación Nacional de Ciegos (Anci) celebrados en la capital, impulso para su carrera como profesional.
Con andar pausado, acompañado por su bastón y la guitarra, este ariguanabense campechano, sonriente y dicharachero, ha recorrido Cuba en diferentes eventos de música campesina, Jornadas Cucalambeanas y brigadas artísticas.
Integrante de los antiguos Trío Melodía y dúo Ideal, Gácita Morales tiene en su haber el privilegio de ser reconocido como Hijo Distinguido del Ariguanabo, y sus incursiones en los festivales Boleros de Oro le regalaron el aplauso de la gente que le admira por su sencillez y humildad.
Gácita cuenta entre sus creaciones con textos humorísticos “En San Antonio de los Baños cualquier cosa genera un chiste. Me gusta escribir parodias y jugar con los textos a propósito de un suceso, una telenovela o los mismos cuentos callejeros”.
Entre esos textos jocosos existe una parodia relacionada con la edad de la mujer y los automóviles. “Esa le gusta mucho a la gente y no puede faltar en las presentaciones que hago cuando trabajo en cabaret o las peñas culturales del pueblo. Pero también tengo la de Pirilampo y Saracura, surgida a raíz de una telenovela brasileña que pusieron en la televisión llamada El rey del ganado.
“En aquella época yo integraba junto a Alexis el dúo Ideal; lo mismo cantábamos en el Hotel Las Yagrumas que en la Taberna del Tío Cabrera. Andábamos de un lado al otro del pueblo y la gente al vernos con la guitarra nos decía: Ahí van Pirilampo y Saracura, y aquello nos dio pie para hacer una parodia que gustó mucho”.
Jorge está unido a la radio desde 1979 en un espacio de música campesina que salía los domingos por Radio Artemisa. En Rebelde, Ariguanabo y la COCO, aparecen trabajos suyos, sobre todo con el Trío Melodía. Todavía se mantiene los miércoles en el programa Ecos del Campo, de Radio Ariguanabo. Para este artista la radio es fundamental en la promoción de la carrera artística de cualquier persona, porque llega al lugar más insospechado y se puede escuchar lo que hacen los creadores.
Aunque por su deficiencia visual no pudo estudiar en escuelas o conservatorios, tuvo la suerte de recibir clases con el pianista ciego Frank Emilio. “Ya cuando él me enseñó teoría y solfeo, yo tenía algunas nociones de la guitarra y creo que la vocación y el amor por el arte, me ayudaron mucho”.
A la Revolución, asegura que le debe mucho. “Todo lo que soy se lo debo a ella. En enero de 1959 yo tenía apenas cinco años y lo que tengo es gracias a nuestro sistema social. Ser ciego no fue impedimento para demostrar lo que podía hacer con mi talento; tampoco para expandir mi obra y compartir con excelentes músicos en varios escenarios de Cuba. Eso solo se logra en un sistema como el nuestro, donde existe inclusión y todos tenemos derechos”.
A quienes son como él los convida a no amilanarse nunca. “Siempre que hay talento y deseos de crecer, la dicha sonríe y triunfamos”.