Como aquel joven que salió a combatir en defensa de su tierra natal, apareció el candidato vacunal Abdala hace unos meses. El anticipado reflejo en versos de lo que fue años más tarde Martí, hoy regresa convertido en una dosis de amor, nobleza, soberanía, principios y convicción profunda de que viviremos y venceremos, como asegura nuestro presidente.
El Industrial Biotecnológico CIGB Mariel S.A es una sociedad mercantil de capital totalmente cubano (en inversión), perteneciente al Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica, BioCubaFarma, y usuario de la Zona Especial de Desarrollo, ubicado en el sector A-3 de alta tecnología. Su objeto social consiste en la producción y comercialización de productos biotecnológicos.
Tras anunciarse el inicio de estudios de intervención controlada, para comprobar la eficacia de dos de nuestros candidatos vacunales, los trabajadores de este sector de la Salud y otros segmentos definidos previamente de acuerdo con los grupos de riesgo, integran una fuerza de 490 000 voluntarios en todo el país.
“El año 2020 implicó grandes cambios en mi vida personal y profesional. El uso del nasobuco, la desinfección de manos y el aislamiento social comenzaron a ser claves, tanto en el ámbito laboral como en el hogar”, rememora Arlet Martínez Montero, especialista en promoción y comunicación integral de la ciencia, tecnología y el medio ambiente.

“Adaptarse a la nueva situación no solo era necesario, sino imprescindible para proteger nuestra Salud y la de nuestros seres queridos, ante un virus desconocido y con un alto índice de propagación. Motivó mucho trabajo comunicacional, pero una esperanza ya se asoma, con cinco candidatos vacunales que comienzan a mostrar buenos resultados.
“Al saber que participaría en el estudio de intervención del candidato vacunal Abdala, mi familia y amigos sintieron tanto orgullo como yo.
“La experiencia es positiva; cuando a muchos pudiese parecerle arriesgado o imprudente, para mí es toda una satisfacción: tengo total confianza en el sector biotecnológico cubano y en esos científicos que, desde el comienzo de la pandemia, no han descansado ni un momento por encontrar una cura”.
Ninguna locura
Deneb Suárez Montes, especialista en Gestión de Recursos Humanos, tampoco vio como una “locura” brindar su cuerpo para aplicar una sustancia aún en investigación. Desde su modesto pero inmenso aporte, prefiere impulsar los resultados del estudio por encima de cualquier sentimiento.

“Para mis cercanos no fue una noticia que necesitaban asimilar; la confianza en el sector es tan vasta que la recibieron con alegría, e incluso se llenan de satisfacción al comentar con otras personas que mis compañeros y yo formamos parte”, refiere la joven ingeniera industrial.
“En Cuba existen hace muchos años programas de inmunización como vías de prevención, que han logrado controlar y eliminar un gran número de enfermedades.
“Los éxitos de estos mediante las campañas de vacunación han sido relevantes, y generan por parte de los cubanos plena confianza en los científicos, productos y en la labor que se realiza para acortar el camino hacia la inmunización masiva contra la COVID-19. ¿Por qué desconfiar entonces o aceptar noticias falsas de una realidad diferente?
“Los cinco candidatos vacunales cubanos en desarrollo clínico, entre ellos, Abdala, prueban los avances sustanciales y el rigor con que se ha trabajado desde el inicio de la pandemia. Hasta la fecha, han demostrado ser altamente eficaces.
“Este avance, impulsado también por la integración de las entidades del sector y el trabajo enfocado en un mismo objetivo, permitirá que Cuba disponga muy pronto de su propia vacuna para inmunizar a la población, y contribuir directamente al control de la pandemia a nivel global.”
Prepararnos, confiar… vivir
A finales de marzo, 23 candidatos vacunales en todo el mundo habían avanzado a ensayos clínicos fase III, dos de ellos cubanos (Soberana 02 y Abdala). Somos el primer país latinoamericano en desarrollar su propia vacuna, con otras tres que también prueban su eficacia (Soberana 01, Soberana Plus y la intranasal sin aguja llamada Mambisa).
Edel Socorro Martínez, licenciado en Derecho y asesor jurídico del Industrial Biotecnológico CIGB Mariel S.A, estima que “la biotecnología cubana ocupa un lugar importante en Latinoamérica y el mundo. Es obra de nuestra Revolución, guiada por Fidel, y la distinguen un personal altamente calificado y productos reconocidos internacionalmente a causa de su alta validez.

“Se avecina un suceso que tendrá como sello la inmunización de todo un país, para lo cual debemos estar preparados. Requiere responsabilidad y autocuidado para lograrlo con resultados positivos. Debemos confiar, pues los candidatos vacunales han demostrado seguridad; la ciencia cubana ha hecho lo que mejor sabe: velar por la vida de su pueblo.
“Cada dosis de vacuna representa el esfuerzo de la Mayor de las Antillas por ganar la batalla contra la COVID-19. Por eso soy de quienes defienden la sentencia: más que una vacuna es un país. Imagino y sueño una Cuba protegida, de vuelta a las calles, abrazados y listos para seguir adelante, satisfechos de haber vencido esta etapa.”
Los científicos cubanos tienen plena confianza en la capacidad y experiencia para adaptar formulaciones, tecnologías y protocolos ante nuevas variantes de la enfermedad. Mientras, estos tres jóvenes artemiseños esperan, con su aporte, la felicidad de 11 millones reflejada en la gratitud.
Seremos fuertes, volveremos a la normalidad y lucharemos con más ansias para seguir siendo el motivo por el que nos distingan en cualquier lugar del mundo.

Nuestros hombros esperan la ansiada cura. Estamos más cerca. Por tal razón, cuidarnos, prevenir y educar a quienes aún no lo comprenden, son los sabios consejos de Arlet, Deneb y Edel.
Sus maneras de entender el esfuerzo y el sacrificio les hacen valerosos, pues, como Abdala “(…) quien a su patria defender ansía. Ni en sangre ni en obstáculos repara (…)” He aquí su batalla, la de una nación.