“Desde la primaria era muy laborioso, le gustaba trabajar y ganarse lo suyo. Se levantaba a ayudar a ordeñar vacas a las cuatro de la mañana; después se preparaba y se iba para la escuela. Nunca ha dejado de trabajar para buscarse la vida”.
Así habla Nivia Santos, madre de Armando Padrón Santos, dueño de la Mipyme Don Padrón, radicada en las afueras de Guanajay y convertida hoy en un centro productivo de importancia y reconocimiento en ese municipio y fuera de la provincia.
Con 31 años de edad y seis en el negocio de procesar y comercializar productos cárnicos, Armandito, como le dicen, logra colocar sus producciones en importantes entidades, luego de atravesar un camino donde no han sido pocas las incomprensiones, trámites burocráticos y limitaciones materiales.
Cuando salió del Servicio Militar inició la carrera de Agronomía en el Centro Universitario Municipal de Guanajay, pero decidió no continuar los estudios y comenzó su vida laboral como botero en la capital y después como chofer de Cubataxi. Sin abandonar ese trabajo se vinculó con un amigo a la cría de cerdos por convenios, al sacrificio de esos animales, y la venta de carne cruda y procesada. Poco a poco fueron ganando espacios y preferencias en varias entidades.
Por ese camino pasó, de trabajador por cuenta propia, a propietario de la Mipyme, aprobada en abril de 2022, lo que constituye un salto jurídico trascendente y significativo en el orden productivo y comercial.
Esto sin dudas, ha hecho crecer y desarrollarse el proyecto, a partir de las posibilidades de importación de equipos y materias primas, contratación de fuerza de trabajo, firma de nuevos contratos, inversión y encadenamientos productivos, ampliación de las instalaciones y crecimiento de la producción hasta dos toneladas diarias para elaborar 17 renglones de embutidos a bases de carnes de pollo y cerdo.
La seriedad en el cumplimiento de los contratos y la calidad de sus producciones, consolidan y diversifican el mercado de Don Padrón y de ello dan fe, entre otras, la Facultad de Ciencias Médicas de la provincia, las fábricas de cemento de Mariel Artemisa, Cienfuegos y Nuevitas, el Grupo Palco, Palmares, la Agropecuaria Matanzas, las Mipymes Don Peguero y Cárnica Azul, así como decenas de cuentapropistas.
Una arista del trabajo que tiene prioridad en la Mipyme Don Padrón es la concerniente al completamiento, tramitación y actualización constante de su documentación legal, jurídica y sanitaria, al punto de que en los últimos años de trabajo, no llegan al 1 % de pérdidas, por concepto de mala calidad en la materia prima o deficiencias en la elaboración. A esto se suma que varios laboratorios de prestigio y debidamente acreditados se encargan de certificar la calidad de la higiene de sus materias primas y producciones.
En correspondencia con la situación económica actual que vive el país, se prioriza también el componente energético, traducido en la compra y empleo de equipamiento con bajos índices de consumo. La instalación cuenta con un grupo electrógeno y ya está en proceso de emplazamiento un pequeño parque fotovoltaico, para participar del movimiento nacional en favor del cambio de matriz energética. Y ya está dando pasos para producir y exportar carbón vegetal.
A las preguntas sobre las claves para el éxito en su trabajo, Armandito responde: “Trato de asumir principios que deben ser invariables en el modo de actuación de cualquier actor económico: pasión, visión para detectar las oportunidades, capacidad de liderazgo, responsabilidad y sentido del deber para cumplir los compromisos contraídos, creatividad e innovación, para poder solucionar los problemas y enfrentar los riesgos con poder de decisión y autoconfianza para hacer lo correcto en el momento indicado”.

Con énfasis especial reconoce que en su caso, la ayuda familiar es imprescindible: “Sin el apoyo incondicional de mi hermana y administradora, sin el consejo oportuno y la permanencia de mis padres acá en las instalaciones, no hubiese podido avanzar este proyecto”.
Unos 35 trabajadores, entre personal de oficina, servicios, producción y seguridad, cuentan hoy con salarios que han llegado hasta los 60 000 pesos al mes, más la garantía de venta de un módulo mensual de las producciones propias, a precio de costo.
La empatía de Don Padrón se extiende en forma solidaria a las instituciones y personas de la comunidad. En 2024 esta Mipyme aportó más de cuatro millones de pesos al 1 % del municipio.
Diabelkis Lugo, intendente municipal, aseguró que en los equipos de refrigeración de Don Padrón se protegieron volúmenes considerables de alimentos durante los días en que ha faltado el fluido eléctrico.
“En el municipio esa entidad aporta alimentos a la casa de abuelos, a la unidad del Sistema de Alimentación a la Familia, a escuelas primarias, círculos infantiles y al Hospital pediátrico José Ramón Martínez, donde también han apoyado en la solución de problemas técnicos. Recientemente donaron un fogón eléctrico a la Casa de Abuelos cuando faltó el gas”, añadió la intendente».
Desde el hospital pediátrico, Yaremis Guanche, subdirectora facultativa, señaló que en la mayoría de las ocasiones la ayuda les ha llegado sin solicitarla, fundamentalmente en alimentos específicos que demandan las dietas de los niños. “Muchas veces su brazo solidario llega con la solución para un problema, antes que arriben al hospital los encargados de resolverlo.
Así sucedió al producirse la rotura del grupo electrógeno, para lo cual Don Padrón puso a prueba su capacidad de convocatoria, movilizando al personal que se encargó del arreglo”.
Y es que Armandito tiene los pies en la tierra: “En Don Padrón se trata, en primera instancia, de avanzar en el proyecto, de que la familia se consolide y nos unamos todos los días un poco más. Pero sabemos la situación que tiene el país y tratamos también de ayudar al desarrollo local, a quienes más nos necesitan. Tengo la absoluta convicción de que ayudando a los demás, se crece más rápido y se siente uno más realizado personal y profesionalmente”.