En el verano proliferan los vectores. La Máster en Ciencias Liset Vázquez Proveyer, meteoróloga cubana, estudiante de doctorado en el Posgrado en Ciencias de la Tierra, de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica el porqué.
“En esta época del año, sobre todo para el occidente y centro del país, tiende a debilitarse o desplazarse el anticiclón de las Azores o del Atlántico Norte, que queda al norte de Cuba. Eso hace que se debilite un poco el flujo de los vientos alisios y por tanto el viento tiende a ser predominantemente del sur o del sureste. Eso arrastra toda la humedad del Caribe hacia Cuba y provoca que ocurran mayor cantidad de precipitaciones.
El mosquito, como muchos otros vectores, necesita de ambientes cálidos y húmedos para reproducirse. Mientras más alta sea la temperatura, más rápido ocurre el ciclo de vida de un mosquito, de ahí que estos meses sean óptimos para su rápida reproducción.
Con el calor y las lluvias todo se descompone más rápido y se hace más difícil el manejo de desechos y el drenaje, lo cual contribuye a más mosquitos y otros vectores como los ratones.
El viento también es un factor clave. Los mosquitos no son buenos volando, pero cuando hay viento débil o calma, se pueden desplazar más, lo que ocurre en verano, generalmente por la mañana y por la tarde noche. En patios cerrados, debajo de arbustos o en áreas urbanas muy densas, es donde se forman hábitats más ideales; al estar más protegidos del viento, tienen más facilidad de movimiento.
(Por Dairis Brito y Yemmi Valdés)