Bellas crónicas y entrevistas que enaltecen a gladiadores, paratenistas, atletas y entrenadores; fotorreportajes capaces de congelar jugadas para disfrutarlas mejor; y análisis oportunos sobre obstáculos en el camino a las preseas, conquistaron verdaderas medallas de oro en periodismo deportivo.
Sucedió durante la premiación del IV Concurso Provincial Ramón Benito Pérez Montesino in Memoriam, a los trabajos más destacados en las categorías de Periodismo Impreso, Radio, Televisión, Fotografía e Hipermedia.
Entre los publicados en las páginas del semanario el artemiseño, sobresalió A la séptima, ¿irá la vencida?, de Joel Mayor Lorán; entre los radiados en las emisoras del territorio, resaltó El Olimpo es de ébano: se llama Mijaín, de Carlos Enrique Rodríguez González; mientras, en Televisión, mereció el premio La lucha femenina de Artemisa sueña en grande con sus pupilas, de Yemmi Valdés Ramos.
Otoniel Márquez Beltrán fue el ganador en Fotografía, con las imágenes para el fotorreportaje Esto no se ha terminado, y Mayor Lorán repitió en Hipermedia, con la entrevista La tenacidad de Yunier no termina.
Hubo menciones para José Aníbal Ramos Torrente, en Fotografía, por Baloncesto 3×3 en el Ariguanabo; Valdés Ramos, en Periodismo Impreso, por La profe María tiene mucho de especial; y Rodríguez González, en Radio, por Omara, diosa de ébano.
Lisandra Gómez Guerra, ganadora del Concurso Nacional de Periodismo Deportivo José González Barros en su más reciente edición, y jurado de nuestro certamen provincial, aludió a la síntesis lograda en A la séptima…, sobre el tema del tabloncillo inconcluso en la Eide artemiseña.
Señaló el contraste de fuentes y exposición de argumentos del presente y futuro de la situación investigada. Además, “aborda un asunto de la agenda pública y el uso de recursos visuales, como fotos e ilustración, complementan el tono del discurso”.
Entretanto, Yeris del Sauzal Francisco, también premiada en el González Barros y jurado del Pérez Montesino in Memoriam, apuntó que El Olimpo… “destaca un acontecimiento sin precedentes en la historia de los Juegos Olímpicos, y lo hace con un lenguaje a tono con las exigencias del medio radial y del género en cuestión.
“La locución se logra con ritmo y tonos adecuados al medio, al género, y al hecho reseñado. No solo destaca la hazaña, sino que ofrece información relacionada con el deportista, más allá del hecho, lo que permite al oyente conocer al protagonista, aunque no haya tenido referencias.
“Realiza un buen uso de los elementos técnico-artísticos propios de la radio (música y locución). Usa como apoyatura la narración en vivo del combate, a través de la televisión, lo cual retrotrae al oyente al momento emotivo en el que el deportista se corona como pentacampeón”.