Abelito no debió caer en la trampa, porque los chicos geniales no consumen drogas. Para ser reconocido en un grupo, el mejor camino es el empeño, no el químico. Tras la ilusión temporal de ser aceptado, lo golpeó la realidad más dura: el efecto desinhibidor pasó, y las consecuencias fueron crueles.
No se trata solo de la intoxicación, las convulsiones o las crisis psicóticas, sino de cómo se destruyen sus amistades, la familia, el futuro…
Afortunadamente, la mayoría de sus amigos es demasiado inteligente para tomar ese camino, uno tan letal que no perdona siquiera la primera vez.
Pero el fenómeno se ha extendido como nunca antes, porque los traficantes han ideado formas muy mañosas para solapar las drogas… y para seducir a jóvenes que pretenden evadirse, sobresalir o, simplemente, “volar”.
Precisamente, la Eide Julio Díaz organizó un taller para mostrarles que, aun cuando la droga pueda hacerles sentirse “libres”, verdaderamente se convierte en una prisión.
Durante el encuentro se habló sobre los distintos tipos de estos productos, los blandos como el cigarro y el alcohol y los duros como el famoso irreparables y la línea confidencial diseñada para brindar consejería anónima y gratuita las 24 horas, con solo marcar el número 103.
Se habló de numerosos peligros, como: irritabilidad, somnolencia, hiperactividad, convulsiones, esquizofrenia, ansiedad, daños en todos los órganos, embolias, celulitis, infartos y destrucción a la juventud.
¿El principal mensaje en ese plantel? Esos muchachos son jóvenes y, además, deportistas. Su pelea contra las drogas resulta más trascendental, por la necesidad de un juego limpio, para que sus preseas sean bien ganadas y permanezcan en su medallero.
A las palabras de Yarelis Chirino, funcionaria del Comité Provincial del Partido; de Julio César Martínez, director del Centro de Medicina Deportiva, y de una gloria del atletismo como Gretchen Quintana, se sumaron las de Juan Gualberto Pimienta, presidente de la sala segunda de lo penal, en el Tribunal Provincial.
El prestigioso jurista aludió a la tolerancia cero hacia las drogas, a los hasta 30 años de privación de libertad para los traficantes, a las decenas de personas sancionadas en 2024, y al rigor que solo les concede libertad condicional una vez cumplido el 95% del tiempo en prisión.
Por tanto, se insistió en que prevalezca el amor a la familia, el buen comportamiento, la sed de triunfar y ganar medallas, de formar una familia, de ayudar al compañero que lo requiere, de multiplicar este mensaje oportuno.
Justo allí donde emergen los campeones, deberían saberlo todos: su dedicación los puede llevar más alto que cualquier tipo de droga.