Sin Revolución no habría semejante movimiento deportivo en Cuba. Las medallas y triunfos hablan por sí solos. Para eso nació el Inder, y para que el deporte fuese un derecho real de todos. Sesenta y cuatro años después, sus objetivos aún guían a quienes no cejan en llevar el béisbol, el boxeo, el voleibol, la lucha… a planos estelares. Artemisa celebró la fecha desde Mariel, en una gran fiesta de pueblo.
¿Por qué el municipio costero? Porque, pese a las dificultades con la fuerza técnica (debido al éxodo de profesores hacia la Zona Especial de Desarrollo), la llamada Villa Azul escaló del puesto 11 al 6, con sus resultados durante 2024.
Lo aseguró Nelson Lara García, el director provincial, quien aludió también a lo logrado en el Deporte para Todos, con alternativas, activistas y reorganización de los profesores, para llevar excelentes propuestas de recreación y el resto de las manifestaciones de la actividad física comunitaria a la totalidad de los asentamientos.
Así se pudo percibir durante el acto provincial, mediante exhibiciones de béisbol, voleibol, judo, boxeo, atletismo… además de manifestaciones como la sanabanda, la participación de círculos de abuelos, el taichí y los deportes recreativos.
Se entregó la Medalla Rafael María de Mendive a trabajadores con más de 25 años de labor ininterrumpida en el sector, así como se reconoció al mejor profesor de Deporte, el de Recreación, de Educación Física y de Actividad física comunitaria; también, al mejor activista y Combinado Deportivo.
Tal como en Mariel, la provincia entera festejó; todavía resuenan los ecos de la emotiva cita en Artemisa, de las iniciativas en Candelaria, del premio a tanto empeño cotidiano por doquier.