Aún no eran las 8 de la noche. La algarabía del pueblo ya se sentía. Las banderas que nos identifican como cubanos adornaron el momento. La energía juvenil tomó el protagonismo. La música acompañó los pasos de esta marcha que rindió homenaje, como cada año, al más universal de todos los cubanos.
Más de un centenar de antorchas dieron luz al recorrido. Tal vez fueron 172, como el aniversario que se cumple del nacimiento del Apóstol. Resulta imposible acercarse a una cifra, pero sí queda claro que el compromiso martiano aún permanece vigente «con todos y para el bien de todos».
Justo a las 20:00 horas del día 27 de enero comenzó el desplazamieto. Se escuchaba en la voz del pueblo artemiseño «Yo soy Fidel», fragmentos del poema Mi bandera, de Bonifacio Byrne, y versos sencillos.
El homenaje culminó con música y baile en el parque Libertad, del municipio cabecera, con la presencia de las autoridades y el sinnúmero de trabajadores y estudiantes que les acompañaban.
Aún no eran las 8 de la noche. No es necesaria una fecha u hora exacta para sentir el orgullo de ser cubanos y martianos. Ya es 28. Faltan solo horas para que se comience a celebrar la jornada; faltan solo horas para que los pequeños, en su desfile, le rindan a nuestro Héroe Nacional el homenaje más genuino.