El fin de año para los cubanos, es todo una festividad. Creencias, ritos, tradiciones marcan la culminación de 2024 e inicio de 2025.
No puede faltar el cubo de agua a medianoche para ahuyentar todo lo malo y esperar el nuevo año con buenas oportunidades. La tradición en sus inicios era limpiar toda la casa y esa agua, la cual, recogía supuestamente todo lo malo del hogar, se botaba por la puerta.
La quema del muñeco, la creencia de eliminar todas las cosas malas y empezar un nuevo año con otras perspectivas y buenas vibras, acompaña a las familias, con un brindis entre todos para completar y el deseo que no puede faltar.
La vuelta a la manzana con una maleta, para concretar viajes; dinero entre los zapatos para un año próspero económicamente; o una prenda roja para la buena suerte; son tradiciones que en el ideario popular presagian la buena suerte.
Cada país hereda costumbres diferentes. En China cenan en familia; en un sobre de color rojo, al cual se le conoce como hong bao, le entregan dinero a personas sin pareja, en tanto petardos, faroles, danzas, fuegos artificiales amenizan las celebraciones.
En Venezuela se acostumbra comer 12 uvas a medianoche y piden un deseo por cada una; esta tradición es peculiar también en México y España, acompañadas de las 12 campanadas. Además, tener en la mano muchas lentejas o dinero en los bolsillos, augura prosperidad para el año que comienza. En España, tradicionalmente cada Primero de enero se comen churros con chocolate caliente, para empezar el nuevo año de forma positiva. Mientras, en México, las personas eligen bien el color de la ropa interior de acuerdo a sus deseos para nuevo año. El rojo pasión, amor; el amarillo atrae buena suerte, prosperidad y el blanco tranquilidad, armonía y paz.
En Dinamarca, para liberar la energía negativa se acostumbra a con- servar todos los platos y tazas rotas de todo el año y se lanzan en las puertas de las personas queridas. Al despertarse y encontrar estos trozos en su puerta las personas que conviven en la casa se consideran afortunados.
Una costumbre riesgosa ocurre en Sudáfrica. Varias comunidades festejan el inicio de año, al subir a la cima de una montaña y saltar, como muestra de coraje y fortaleza para enfrentar los retos del año venidero.