Los artemiseños tenemos varios espacios para festejar acontecimientos trascendentes, solo que la mayoría de ellos se han dejado abandonar. Mencionarlos implicaría el riesgo de caer en olvidos o polémicas inútiles; por eso, este reportaje se acerca en específico a la Plaza Cultural, un sitio inmenso en cuanto a dimensiones y oportunidades.
Las autoridades políticas y gubernamentales del municipio cabecera y la provincia decidieron celebrar este fin de año el acto provincial por el aniversario 65 del Triunfo de la Revolución el día 26, y la feria agropecuaria habitual el 29, en los predios de esta institución.
Para eso, resultaba imprescindible remozarla, y desde entonces actores económicos estatales y no estatales, trabajadores de órganos judiciales y organizaciones políticas y de masas pusieron manos a la obra. Días atrás encontramos a obreros de la mediana empresa Licons (Limpieza y Construcción) ocupados en la chapea y recogida de desechos sólidos.
Basta con solo entrar a la Plaza para percatarse de la transformación, donde antes la hierba campeaba por su respeto. Al dialogar con Yohanys Díaz Velázquez, presidente de Licons, conocimos que la higiene comunal en los consejos populares La Matilde y Las Cañas se debe a la entereza de su gente.
“A partir de la calidad de nuestra labor nos incrementaron áreas y encargaron la recogida del lugar. En realidad, contamos con un objeto social amplio, que posibilita la venta de plantas ornamentales, jardinería y pintura, incluso a personas naturales”.
Mientras máquinas chapeadoras y escobas andaban a “todo tren”, en las alturas, trabajadores de la Empresa Eléctrica reponían una veintena de lámparas LED arrasadas por el huracán Rafael. “El fenómeno natural también derribó cuatro farolas”, apuntó Basilio Fernández Ceballos, jefe de carro de servicio.
La iluminación facilita el desempeño hasta horas de la noche del resto de los involucrados, pues se comprometieron a entregar la Plaza hermosa y funcional, antes de este jueves.
Cerca, baños y garitas: como nuevos
Dos brigadas de la Empresa de Construcción y Mantenimiento del territorio (Eprocom) asumieron a su vez la reparación de la extensa cerca perimetral de la Plaza.
Soldaron rejas donde era preciso, resanaron paños con el poco cemento disponible, y pintaron, aunque estaban en espera del color terracota que faltaba, explicó Félix Rodríguez Cardosa, jefe de una de las brigadas.

La fuerza de trabajo de Eprocom se distribuyó entre la sede de la feria agropecuaria local y la Plaza Cultural, de acuerdo con Marcos Antonio Roque Chapellí, director de la Unidad Empresarial de Base de la entidad en Artemisa.
“Dividimos 12 hombres en ambos espacios. En la feria también reparamos la cerca perimetral, los quioscos y pintamos”.
Prácticamente ningún rincón ha quedado a la deriva. En los baños encontramos a los socios de la mediana empresa Construcciones Pizart, quienes ya habían solucionado el salidero del tanque de agua y se disponían a realizar las conexiones hidráulicas.
Israel Pizart Torres, presidente del emprendimiento, precisó que debían reparar la cubierta de los servicios sanitarios, afectada por el huracán, además de colocar un juego de taza sanitaria y lavamanos en cada garita, sustituir sus puertas y ventanas deterioradas y restablecer las redes eléctricas.
“Para eso se esmeran albañiles y plomeros. Y aunque la entrega estaba prevista para el día 20, la escasez de materiales y la inestabilidad de la energía eléctrica nos afectó”, dijo.
Al fondo, dos Trabajadores por Cuenta Propia, contratados por la Empresa de Producciones Alimentarias, reponían la malla pirle del cercado.
Por un escenario digno
Para capturar algunas imágenes, hay que descender o elevarse. En este caso bajé muy cerca de quien procuraba un piso más confortable al escenario.
Entretanto, Félix Sánchez Cordero, albañil y ayudante de la mipyme W, reveló la pintura de astas y fachada, la ejecución de dos rampas de acceso a la tribuna y sustitución de cristales en puertas interiores. “Ya comprobamos también la entrada de agua, solo queda llevarla hasta los baños y pantrys”.
Sin embargo, queda por hacer dentro, afirmó Yamilé Milián Enrique, directora de la Plaza Cultural. “Resta sustituir el falso techo de los camerinos, colocar tanques elevados para almacenar agua y reparar mi oficina, cuyas paredes se filtran”.

Otro tema a resolver es completar la plantilla, diseñada para 15 trabajadores y solo disponen de cuatro. “Necesitamos cuatro taquilleras, una programadora de actividades, auxiliar de limpieza…, entre otras”.
Después de tanto esfuerzo, esperamos disfrutar de las propuestas artísticas en solo unas horas. Luego llegará la despedida del 2024, junto a la oportunidad de encontrar, en el mismo sitio, ofertas de alimentos, productos utilitarios y de artesanía.
Pero el mayor desafío será mantener ese ambiente de orden, limpieza y buen gusto por el cual apuestan los artemiseños. ¿Tendrá entonces la Plaza Cultural un presupuesto aprobado para retocarla cada año?; ¿Se animarán finalmente a cubrir los cargos vacantes, sin los cuales se dificultaría mucho garantizar una imagen agradable?; ¿Estamos preparados como pueblo para velar, en nuestro pedacito, por la disciplina, el respeto al sudor ajeno y la tranquilidad colectiva?
Ojalá 2025 traiga las respuestas positivas que tanto ansiamos.