Cuba está inmersa en el primer proceso de rendición de cuenta del delegado a sus electores, correspondiente al XVIII Mandato de la X Legislatura.
Siempre, cuando llega este momento, es bueno que nos hagamos esta pregunta: ¿En cuántos países del mundo los delegados rinden cuenta?
La rendición de cuenta es un ejercicio sublime de democracia, es un momento de especial significación, es expresión suprema de respeto a los electores y; al pueblo en general.
En las reuniones de rendición de cuenta se debe hacer un recuento de los acontecimientos más significativos del mundo, de América Latina y de Cuba.
También, sobre la provincia, el municipio, el consejo popular y la circunscripción. En todos los casos —en lo referente a Cuba— en aquellas cuestiones que tienen una incidencia directa en la calidad de vida de la gente y en sus perspectivas futuras.
Esto jamás se deberá hacer con lenguaje triunfalista ni apologético; sino, con objetividad y optimismo. Se deberá hacer mostrando los logros de la Revolución, en todas estas instancias; particularmente, en la circunscripción.
Entre los temas a tratar, en este sentido, pudieran estar los relacionados con el comportamiento de la mortalidad infantil, en la provincia y en el municipio; la inauguración de nuevos servicios, como el de alguna casita infantil o una casa de abuelos; la atención a la población, los mismos días de la semana, por instituciones como la Dirección Municipal de la Vivienda y el Inotu (Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo); sobre el proceso de bancarización; el del cambio de la matriz energética en el país o; la erradicación de las distorsiones en la economía nacional.
Los temas más acuciantes, más conflictivos y que más afectan a todos o —al menos— a la mayoría de los vecinos de la circunscripción, también han de ser tratados y buscársele una posible solución (ya sea por las instituciones estatales y gubernamentales o; por los propios electores). Tales bien podrían ser los casos de: el abasto de agua, la recogida de desechos sólidos, el servicio eléctrico; entre otros.
La reunión de rendición de cuenta, a pesar de que, como su nombre lo indica, es para que el delegado rinda cuenta de lo que ha hecho, en interés de que sean resueltos los planteamientos, quejas y denuncias de los electores, NO es la «reunión de los planteamientos». Lo que no significa que si alguien desea plantear algo deje de hacerlo.
Planteamientos, por ejemplo, de solución popular serán siempre de los más apreciados. Cuando un delegado escucha decir a sus electores: «No se preocupe, nosotros vamos a resolver eso…», siente regocijo. En definitiva, se trata del poder popular.
Hay dos cuestiones que el delegado no debe dejar de considerar en su exposición y; en cualquier análisis que se realice en la reunión de rendición de cuenta: el bloqueo y la covid-19. El bloqueo no es el único; pero, sí el principal culpable de nuestras penurias. La covid-19 puso al mundo de rodillas y provocó una gran depresión económica.
Es la rendición de cuenta la oportunidad para que se desplieguen todas las potencialidades artísticas y literarias del barrio (la ocasión siempre será propicia para que se realice un acto cultural); para estimular a personas que se destacan: en la producción, la defensa, los servicios, el estudio y la superación; en hacer buenas acciones en bien de la comunidad; en cumplir con el deber del internacionalismo…
Cuando la gente se siente atendida y se le informa debidamente, siempre lo agradece. No por casualidad cierto adagio dice: «Hombre precavido vale por dos; bien informado, vale mucho más»