Ella es de Mariel y actualmente se desempeña como subdirectora y profesora del Centro Universitario Municipal, de ahí que Marianela Gabriela Moreno Álvarez, sea de esas mujeres a las cuales habrá que multiplicar entre las jóvenes generaciones de cubanas, de artemiseñas, sobre todo por su obra en el Bloque 1 Antoñica Torrens, conformado por tres Delegaciones, desde donde se mereció la Orden Ana Betancourt, en saludo a este 23 de agosto, aniversario 64 de la FMC.
¿Qué huellas deja en usted el trabajo de la FMC?
Aunque tenía 14 años al ingresar a la federación ya desde mucho antes era activista de mi Delegación, tuve la posibilidad de aprender sobre su estructura y funcionamiento desde muy temprano, sobre todo, aprender de las mujeres que ocupaban responsabilidades, para ellas las tareas eran sagradas, y las iniciativas para cumplirlas o sobrecumplirlas, mucho más.
Por eso fuimos en muchas oportunidades Vanguardia, cuestión esta que he mantenido, desde que asumí la dirección del Bloque. En general, todas fueron fundadoras, dirigentes de la región y del territorio, otras se sumaron en sus primeros años. Por lo tanto, fui formándome en ese amor e identificación a puro corazón. Fue un desarrollo bonito, entusiasta y revolucionario. Hoy muchas no están; pero referirme a ellas es una muestra de que perduran sus huellas.
Fui creciendo como persona y el hecho de asumir diferentes responsabilidades, desarrolladas en la Delegación y a nivel de Bloque, como secretaria general, labor que realizo desde hace más de 15 años. He atendido diferentes tareas dirigidas a la conducción de procesos políticos de la organización, atención a bloques del territorio, conducción, de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia, como coordinadora municipal, formar parte del equipo provincial de la Casa.
Ser miembro del secretariado municipal, de los comités municipal y provincial, participar en todas las asambleas provinciales, y en dos de los 11 congresos de la FMC. Además, de estar presente en variados talleres provinciales y nacionales, son posibilidades que han fortalecido mi formación, pues el trabajo con, desde y para la FMC, es una escuela.
Cuéntanos del honor de la Ana Betancourt
La organización tiene su sistema de estimulación. He sido merecedora de reconocimientos como Sellos, por la permanencia en responsabilidades en la base y por el aniversario 60 de la organización, la Distinción 23 de Agosto, y ahora la Orden Ana Betancourt.
Llego a ella a partir de las propuestas, con sus respectivas argumentaciones, que se realizan desde la base, dígase delegación, bloque, comité y secretariado municipal, provincial y nacional, este último hace las propuestas al Consejo de Estado, que es quien aprueba finalmente.
Nunca uno espera que pueda ser aprobada, al ser muchas las compañeras que tienen condiciones sobradas para alcanzar este mérito. Por lo tanto, cuando eres designada, cuando tienes que participar en un acto nacional representando a tu municipio y a tu provincia, la significación es incalculable.
Se unen emociones, alegrías, recuerdos, el apoyo de tus dirigentes de base, de tus federadas, las consideraciones y respeto que te demuestran constantemente quienes te dirigen, en los diferentes niveles, entonces piensas en el alto compromiso al defender esta organización que agrupa, voluntariamente, a las mujeres cubanas, de seguir propiciando la defensa de los valores femeninos.
He recibido un reconocimiento sumamente valioso por su diseño y por la influencia que puede llegar desde la imagen de esa patriota abnegada, Ana Betancourt, quien consideró siempre la independencia de la Patria como lo primero.
¿Cómo conjugas lo personal, lo profesional y la federación?
Suele ser complicado a veces, sobre todo porque la atención a las federadas, generalmente se realiza en el horario nocturno y ese tiempo puede estar afectado, pero siempre se hace el espacio para acompañar a mis dirigentes, a las miembros de la dirección del bloque o en ocasiones, realizo los intercambios sola o acompañada de otros factores de la comunidad, porque el trabajo integrado es necesario.
También me gusta aprovechar las oportunidades que se me ofrecen de forma planificada o incidental, para la divulgación y puesta en práctica de las tareas.
En cuanto a lo profesional, tengo un espacio importante, que es la Cátedra de género Rosario Novoa, que mantiene una constante articulación con la FMC, y que me permite llegar a diferentes escenarios proyectando las políticas públicas asociadas a las mujeres y la incidencia de la FMC en ellas. También desarrollo la sección De mujer a mujer, del programa Marejada, en la Emisora Radio Mariel.
Nada de lo anterior pudiera ser posible si no estuviera la familia, porque ella entiende, a veces con una explicación más amplia del porqué no puedo estar, tengo que salir a un lugar determinado, o me acuesto tarde por- que estoy preparando un tema que voy a socializar con mujeres, o sobre mujeres. Sin embargo, están ahí para lo que se necesite. Ellos también disfrutan las satisfacciones que alcanzo con este trabajo, que me privilegia y que me permite continuar aportando para tener un futuro sostenible.
¿Qué retos tienen las mujeres cubanas en lo adelante?
La mujer cubana tiene el reto de formar y defender los valores que tiene la sociedad y la familia, poderlos articular, pues las situaciones económicas, sociales y políticas, por las que atraviesa el país son fuertes y tienen su repercusión en los hogares cubanos.
Se hace necesario sostener los diálogos intergeneracionales, sin atrincheramiento, buscando siempre la mejor respuesta, o simplemente declarar cuando no se entiende una medida determinada; pero reafirmando lo necesaria que es la confianza en la Revolución y su dirección, y que esta no debe desaparecer.
Otro reto está en hacer que las organizaciones de base mantengan su estabilidad en el completamiento de las estructuras, motivando a que las jóvenes y todas aquellas con disposición y posibilidades atiendan tareas, para que se den los encuentros enfocados a las problemáticas de las mujeres de esa delegación o bloque y de sus familias.
Mi mensaje está dirigido a que no se aparten del camino de nuestra organización femenina, que tiene como objetivo principal la incorporación de la mujer a la sociedad y al empleo, así como al programa de cambios socia- les y económicos en marcha en el país, que se identifiquen más con ella, que participen en las actividades con entusiasmo, que aporten ideas para su mejor funcionamiento, tan necesario en estos tiempos, que conozcan su historia, esa historia que está presente en la propia familia, y que se amplía hoy por nosotras.
Finalmente, recordar que el Socialismo para las mujeres cubanas ha significado libertad, independencia, soberanía, dignidad, justicia social, seguridad para la formación y desarrollo de los hijos, derecho a la igualdad, a la vida, a decidir el propio destino, a trabajar por el porvenir soñado y defenderlo con todas las fuerzas.
En poquísimas palabras el reto concreto e importantísimo, es continuar haciendo Revolución sobre la marcha.
Por ANDRY GONZÁLEZ PACHECO Y YUDAISIS MORENO BENÍTEZ