Ni el silencio ha podido batirlo. Cierto, Andy Amador Martínez tiene una discapacidad auditiva: de chico le faltaron voces, melodías y sonidos, pero enseguida la emprendió a golpes de revés y voleas contra esa adversidad… y va ganando la partida, gracias a un implante coclear, una familia hermosa, mucho apoyo y una voluntad sin límites.
Muy pronto debutará en el tenis de mesa de los Juegos Escolares Nacionales, en su edición 60. Solo participar ya entraña una medalla para él.
Lo enfatiza Amílcar, su papá, quien alude al segundo lugar provincial en 2023, y lamenta que este año se suspendió el evento cuatro veces por motivos de transportación.
“¿Qué expectativas tengo para los Escolares? Las mejores, sinceramente. Creo que puede alcanzar un gran resultado.
“Siempre ha sido un niño muy activo. Al principio nos acercamos al fútbol, pero descubrimos lo difícil de entrenar con un implante coclear, porque es un deporte de contacto. Entonces, llegó la pandemia. En la casa tenía dos raquetas; como no podíamos salir, por las tardes nos poníamos a jugar en la terraza.
“Inicialmente, era solo un juego; después adquirió habilidades. Se fue desarrollando. Cuando pasó el confinamiento, lo traje al área. Ya tenía una noción y le resultó más fácil. La diferencia radicaba en practicarlo sobre la mesa, tras haberlo hecho siempre sobre el piso”.
Que participe y se divierta
Daunier Martín Barros, su entrenador principal, comenta que “este es un deporte de iniciación temprana, desde los cuatro o a más tardar seis años. Empezar a los nueve dificulta la asimilación de las diferentes técnicas y la rotación de la pelota.
“Tenía un nivel de conocimiento básico. Comencé a trabajar con él hace dos cursos. Nos costó agarrar el ritmo, incluso tenía el implante roto, hasta que logramos comunicarnos bien y hacer un equipo. Asimiló todo como nunca pensé: en este curso ha experimentado un incremento muy grande en su nivel técnico y en su desarrollo técnico-táctico.
“El profesor Pepe ha trabajado con él principalmente los saques. Yo me he dedicado a la parte técnico-táctica, la física y a la tan importante preparación psicológica. Pienso que el principal objetivo en los Juegos Escolares debe ser que participe y se divierta”.
Borrarle límites a sus sueños
No solo la familia y los profesores propician que Andy no encuentre límites a sus sueños. “Cuba ofrece atención, diagnóstico, rehabilitación y tratamiento gratuito a personas con prótesis auditivas”, señala la doctora Sandra Bermejo Guerra, asesora nacional de audiología y jefa del servicio de cirugía compleja de oído e implante coclear.
“Un implante (sistema) se obtiene por un precio de entre 15 y 20 000 euros en el mercado mundial, y la operación cuesta entre 25 y 60 000 dólares, según el país. Nosotros garantizamos recambios y actualización tecnológica a partir de los cinco años.
“Para colocar este implante se realiza una cirugía, a través del hueso temporal del cráneo, que permita acceso directo al oído interno. Allí se coloca un dispositivo que le lanza estimulaciones eléctricas directas a este, y activa las fibras del nervio coclear desde el caracol.
“Hasta finales de febrero de este año, se habían realizado implantes a 552 pacientes, y más de cien niños posibles candidatos están en proceso de evaluación”, agregó.
Empeño de todos
El papá de Andy insiste en que el pequeño “ha tenido mucho apoyo: de la escuela, el Programa Nacional de Implantes Cocleares y la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (Ansoc). Varias instituciones y organismos están muy pendientes de él, a los cuales agradezco infinitamente.
“Considero magnífica su inclusión. Pese a tener una discapacidad, estudió en una escuela común y su rendimiento ha sido razonable. Agradezco muchísimo a Miriam Blanco, su maestra de apoyo y al resto de los maestros de la Carlos Rodríguez Careaga, por dedicarle tanto empeño, a Amarilis, Griselda, Barby, Milagros…
“Andy tiene un carácter muy jovial y sociable. Se lleva bien con todos. No es un muchacho retraído.
“Hubo una etapa en que se le rompió el dispositivo, nos golpeó el déficit de esos equipos en el país, y estuvo 15 meses sin él. Así terminó cuarto grado, hizo quinto completo y la mitad del sexto, pese a volver a quedar sordo, gracias al respaldo de sus maestras.
“Y, por supuesto, el papel de la familia ha sido muy importante en su desarrollo. Tanto su mamá Merlyn Bárbara como yo, hemos estado ahí en todo momento, para lo que él necesite. Estamos y estaremos”.
Jugar y… también ganar
El propio Andy confiesa cuánto le gusta el tenis, jugar con otros niños y competir. Raqueta en mano no siente desventaja alguna; se sabe fuerte, capaz de alcanzar sus sueños con un remate o un movimiento de rotación.
Recuerda cuando le ganaba en casa a su papá, en aquellos tiempos en que el confinamiento le deparó, a la par, muchas horas de disfrute.
El silencio ha intentado batirlo, pero el chico ya puede escuchar incluso el sonido de la victoria.
Nadie sabe si los 60 Juegos Escolares Nacionales le premiarán ya con medalla, o si serán el inicio de una carrera ascendente en su deporte favorito. Por lo pronto, al preguntarle qué espera él, solo responde: “¡Voy a ganarle a los campeones!”
Le deseo muchos éxitos a ese pequeño artemiseño.
Excelente representación de nuestra Artemisa por este aguerrido niño, bendiciones para él.