Danielito tiene lista la mochila. Aún no sabe bien el destino; si será el campismo, la playa o un viaje a Pinar del Río para visitar a los abuelos, pero en casa no piensa quedarse mucho tiempo. A Yuli le prometieron una excursión por sus buenas calificaciones y no hace otra cosa que pensar en ese día.
Muchos son los planes de niños, adolescentes y familiares para julio y agosto, la temporada más fogosa de todo el año y la del alza del turismo nacional. La mayoría de los cubanos planifica el descanso de las aulas, los trajines laborales y solo contraen compromisos con el disfrute; si es colectivo, mejor.
Como si la vida fuera un dispositivo móvil, desde esta semana activamos el modo verano, sinónimo de alegría, vacaciones, paseos, abundante Sol y tiempo libre. Para ocuparlo hay quien escogerá mantenerse frente al televisor, pues el estío augura intensa programación deportiva con las Olimpiadas París 2024.
Asimismo, toda Cuba estará pendiente de la edición 60 de los Juegos Escolares Nacionales, en los que muchos atletas bisoños representarán por vez a su provincia.
Mientras arrecie el calor, han de reinventarse varias instituciones. El descanso de unos implica el esfuerzo de otros para extender horarios de trabajo a las noches y fines de semana, ampliar las ofertas gastronómicas y recreativas, reinaugurar espacios y mantener los del agrado del cliente.
El verano se hará más llevadero si el parque infantil lo recibe, al menos, con una “manito” de pintura; si las propuestas de Joven Club cautivan, la escuela se propone un giro de 360 grados, el Inder sale a la calle y los artistas obsequian su talento en cualquier rincón, tan solo por una sonrisa.
Quizás llegó el momento de abrazar a los primos lejanos, de inventarse una caldosa o coctel a la orilla del río, de escalar El taburete o el Pan de Guajaibón o anotarse en un recorrido por el Bosque Martiano del Ariguanabo, las ruinas del ingenio Taoro, las del cafetal Angerona y el complejo monumentario Antonio Maceo.
Aquello de, “conoce a Cuba primero y al extranjero después” se adapta al contexto de Artemisa, donde quedan infantes y adultos al margen de los encantos del Orquideario de Soroa, pero casi se aprendieron de memoria la Finca de los Monos y Expocuba.
En estos dos meses los artemiseños pueden hacer la diferencia. Dedicarles las horas apropiadas a los nuestros, comenzar o retomar el hábito de la lectura, descubrir fascinantes parajes junto a nuestros seres queridos o desempolvar juegos de mesa, resultan opciones dentro y fuera del hogar
¡Aquí están las vacaciones! Ojalá sin tantos dolores de cabeza. El ocio y los termómetros serán también pretexto para el gasto de electricidad, aunque la cordura debe primar siempre, incluso en la vía y ante el consumo de bebidas alcohólicas.
Gafas, sombrero, bikini- de rayas o no-, abanico, diversión… ¿estás preparado?