Ningún caso del virus Fiebre de Oropouche registra Artemisa hasta la fecha, aseguran autoridades sanitarias de la provincia; no obstante, el personal médico se prepara ante la posibilidad de su aparición en el territorio.
“Estamos capacitando a los profesionales de la atención primaria de salud acerca de todo lo relacionado con la enfermedad. Los médicos de la familia son quienes más contacto tienen con la población en las comunidades. Orientamos una vigilancia diaria a los casos de síndromes febriles inespecíficos y ante cualquier aumento de ellos, comunicarlo a las direcciones correspondientes”, declaró la doctora Jessica González Velázquez, jefa del Departamento de Enfermedades Transmisibles, en la Dirección Provincial de Higiene y Epidemiología.
Aunque se desconocen casos graves, críticos o fallecidos por este padecimiento, los especialistas aconsejan mantenerse pendientes a su evolución.
Según la Organización Panamericana de la Salud, la Fiebre del Oropouche es una zoonosis producida por el virus de igual nombre, transmitido a los humanos fundamentalmente por la picadura de vectores del género Culicidae (mosquitos) y Culicoides (jejenes). No se ha registrado transmisión entre humanos.
Posee un cuadro similar al dengue, pero más leve. Tras un período de incubación de cinco a siete días, ocurre el inicio de los síntomas: fiebre, dolores de cabeza, musculares y articulares; a veces aparecen también vómitos y diarreas. La mayoría de los enfermos se recupera en una semana, aunque en algunos la convalecencia demora varias. No existe un tratamiento específico, solo indicaciones generales para el alivio.
El pasado 27 de mayo, el Ministerio de Salud Pública (Minsap) informó en su sitio web, la detección del virus Fiebre de Oropouche en la provincia de Santiago de Cuba.
“Todos los casos han evolucionado de manera favorable con mejoría de los síntomas entre el tercer y cuarto día del inicio de la enfermedad. Se desarrollan acciones entomo-epidemiológicas para cortar la cadena de transmisión y lograr el control de la enfermedad en el menor tiempo posible”, precisó la nota.
El propio día, el doctor Francisco Durán García, director Nacional de Epidemiología del Minsap, confirmó el diagnóstico de nuevos casos en Cienfuegos, resultado de la vigilancia epidemiológica realizada en el país.
Si bien la especie del jején Culicoides paraensis no se ha detectado en Cuba, sí está presente el mosquito Culex quinquefasciatus, que se reproduce en cualquier tipo de agua.
En ese sentido, conviene extremar las medidas prevención y control del vector.
La doctora Jessica González Velázquez advierte a los artemiseños acudir a los consultorios del médico de la familia o a los policlínicos del área de salud, ante cualquier síntoma.
La proximidad de criaderos de mosquitos a los lugares de asentamiento humana es un factor de riesgo importante para la infección, por lo que las medidas de control vectorial se
enfocan en la reducción de las poblaciones de mosquitos mediante la identificación y
eliminación de los lugares de desarrollo y reposo de los vectores, asegura el licenciado Raymundo Verde Miranda, desde la Dirección del Centro Provincial de Higiene
Estas medidas incluyen:
- Evitar la acumulación de residuos que sirvan de sitio de reproducción y reposo.
- El rellenado o drenaje de colecciones de agua, charcas u otros sitios que pueden servir como sitios de oviposición de las hembras y criaderos de
larvas de mosquitos. - Eliminación de la maleza para disminuir los sitios de reposo y
refugio de los mosquitos.
Adicionalmente se deben tomar medidas para prevenir la picadura de los vectores. Entre
estas medidas se encuentran: - Uso de prendas que cubran las piernas y brazos, sobre todo en casas donde existe
alguien enfermo. - Uso de mosquiteros,principalmente por personas con Síndrome Febril Inespecifico o sospecha de dengue.
- En situaciones de brote se deben evitar las actividades al aire libre durante el periodo
de mayor actividad de los mosquitos (al amanecer y atardecer).