“Que cuando mires dentro de ti y de lo que haces, te encuentres como la, tierra por la mañana, bañado de luz”.
José Martí
Aquel sábado, unos tres años atrás, llegó a los parajes de la otrora Escuela Secundaria Básica en el Campo Comuna de París, en San Antonio de los Baños, no solo el ímpetu de la soberanía alimentaria ni la vocación por cambiar el entorno presa del abandono, la maleza y el marabú, sino la idea de juntar amor y luz, para quienes necesitan retornar a la vida.
Hasta ese entonces, tal vez Quisicuaba, como Proyecto Sociocultural a favor del desarrollo y bienestar del ser humano, era medio desconocido, sin embargo, trazó claro y fuerte el Punto Naranja de Cuba en la geografía del Ariguanabo, para convidarnos a mirar tras cristales diversos, desde los afectos, sin violencia ni desdeños.
Pudo la Covid retener el impulso de los primeros días, pero poco más de un año atrás, en 2023, el mes del amor marcó la arrancada.
Ya la Comuna de París va perdiendo su nombre, y en unas 90 hectáreas (ha.), ayer todas ociosas y cubiertas de marabú, hoy exhiben con glamour cuatro módulos pecuarios, uno en producción y tres en fomento, al instante que 60 ha. de estas tierras reverdecen con sudor y constancia.



Una chivera tabulada y la cría de ovinos, el módulo vacuno, pavos, gallinas… y sembradíos, les han permitido cosechar yuca, maíz, quimbombó, plátano, boniato, col… y también especias en huertos aledaños.
Tales cosechas también apoyan la alimentación, en el comedor social, la obra más antigua de Quisicuaba, con unos 4 000 comensales, personas vulnerables a quienes se les tiende la mano de manera gratuita, allá en Maloja 22, entre Ángeles y Aguilar, en el habanero Consejo Popular Los Sitos.
Como todo encuentra su espacio, ¿qué hacer con la madera tras hachas y mochas?, pues, su destino ideal humea en hornos de carbón, con una producción estable a favor de la cocción de los alimentos.
Entretanto, el majestuoso edificio, poco a poco da vida a diferentes espacios, para humanizar más el Punto Naranja con el funcionamiento del Centro de Vida Asistida, una gran vivienda protegida, capaz de acoger a muchos habitantes de calle de varias provincias del país, para sanarlos, unirlos, quererlos, atenderlos, cuidarlos, dignificarlos…



Aquí la seguridad y estabilidad son normas. Un equipo de bienestar psicológico da amparo a los convivientes las 24 horas de cada día, y lo integran especialistas del Hospital Iván Portuondo, del Ariguanabo, y el apoyo sin límites del psiquiátrico de La Habana, según las necesidades de cada quien, con los fármacos indicados a la hora precisa.
La Finca Integral Quisicuaba, está habitada —de esta forma— por cientos de historias nostálgicas, por reveses de la cotidianidad, y al mismo tiempo, por esa voluntad de recomenzar, inherente al ser humano.
Si miras desde lo alto la otrora secundaria básica en el campo, a 37 kilómetros de La Habana y unos cuatro de la vida agitada de los ariguanabenses, es un poco de naranja con tonos de verde, pero de cerca, desde adentro, hay sentimientos compartidos de uno y otro lados, quienes llegaron con marcas en el alma, más aquellos que ayudan a sanarlas, todos unidos por la gratitud.
Acá nada es blanco o negro, los matices de alegrías y desatinos aún humedecen las miradas y entrecortan las palabras, sin embargo, hay más vida por delante si respiramos, y decenas de manos ayudan en ese nuevo andar.
De una u otra forma todos son protagonistas de este tiempo en Quisicuaba, del programa que nació para crecer y desarrollarse en la bien nombrada Capital de la Cultura de la joven provincia de Artemisa, ahora con un Punto Naranja.
Razones suficientes para que desde este martes, cada 15 días, reservemos la página 8, y en venideras líneas, plasmemos ejemplos inspirados en José Martí, nuestro Héroe Nacional: “Con todos y para el bien de todos”.
Escuche el podcast:
QUISICUABA como asociación —fundada en 1939— es una institución religiosa, que ha ofrecido apoyo a los vecinos, por medio de un movimiento espontáneo. Retoma la era de los Cabildos con el resurgimiento de agrupaciones africanas, rescata valores históricos, cuyos orígenes datan de siglos atrás, además de potenciar el desarrollo y bienestar del ser humano, y desde 1992 funciona como Proyecto Sociocultural.
En Cuba desarrolla más de 30 programas en función de la sociedad civil cubana, fundamentalmente dedicados a personas vulnerables.
Hermosa ,humana y altruista labor realizan los integrantes de este proyecto .,sigo su hacer otravez de sus publicaciones en las redes pero este de la finca me emosiono grandemente .
Bendiciones para todo el equipo de Quisicuaba .