No será noticia para CNN o El País, pero Artemisa, una vez más, desborda su Mausoleo e inunda sus avenidas de cubanos de todas las edades… que festejan el Día Internacional de los Trabajadores. A los grandes medios de comunicación no les interesa contar que los revolucionarios somos millones, pero la verdad está en las calles.
Salieron los deseosos de llegar a nuestra fiesta con las espaldas cargadas de trabajo, los que recibieron el primero de los mayos con la voz entrelazada de canciones y los que mandaron a callar el ladrido de morteros y ametralladoras.
El estudiante universitario Darién Alejandro Hernández Alfonso señaló un enorme contraste: las garantías que Cuba celebra aquí, aún son demandas de los trabajadores en el resto del mundo.
“El Primero de Mayo nos motiva a participar, a contribuir con la Revolución desde nuestro papel de jóvenes estudiantes. Aunque todavía no somos trabajadores, queremos demostrar desde temprano, sea en la FEEM, la FEU o la UJC, el compromiso con el proceso revolucionario cubano.
“Hemos estado involucrados en cada acto multitudinario, incluso en la Tribuna Antimperialista, con notable protagonismo tanto hoy como en diferentes momentos de denuncia al genocidio en Palestina, y siempre vamos a estar presentes”, subrayó.
Ellos le cantan al Primero de Mayo con la garganta firme, con las banderas desplegadas al viento, con el pecho suspendido, cual llamas, en lo alto.