Muchas veces pareció como pelear por un balón perdido. Es cuando hay que arrebatárselo a la desesperanza, tirar de lejos y encestar. Así ha sido la historia del tabloncillo de la Eide Julio Díaz González, un anhelo ya a punto de convertirse en realidad, cuando el sueño fue mayor que planes e inconvenientes.
Desde su edición 147, en noviembre de 2013, este semanario tomó el balón y fue en busca del aro. Yoan Molina Blanco, el entonces director provincial de Deportes, compartió el propósito de recuperar esa superficie multipropósito, como parte de las acciones constructivas de la escuela.
“Contamos con más de un millón de pesos de presupuesto para equipamiento, terminar el docente y las instalaciones deportivas, lo cual pudiera incluir el inicio de la reparación de la sala polivalente”.
No pudo ser, y nuestros reporteros volvieron sobre la cancha en la edición 14 de 2015. A cuatro años del nacimiento de Artemisa, ¿cuántas medallas se habrían perdido, al no contar con el área apropiada para desarrollar el baloncesto, voleibol, bádminton y balonmano? La Dirección de Deportes, una vez más, se propuso esa obra. “Del estudio de la cubierta de esta instalación derivará la reparación del tabloncillo”, aseguró Molina Blanco.
En octubre del propio año, en la página deportiva de la edición 41, un reportaje se hacía eco de que estaba proyectado para el presupuesto de 2017.
Sin embargo, llegó el 2020. El 7 de julio el periódico aseveraba que “desde hace un par de meses se conoce del inicio de los trabajos” para recuperarlo, mediante “una pequeña brigada de la Empresa Constructora de Obras de Arquitectura (ECOA) Bahía Honda”.
De nuevo, el sueño se frustró, hasta que el 11 de mayo de 2022 un colega devolvía aliento desde el artemiseño, con la certeza de tener a los contratistas, en palabras de Nelson Lara García, director provincial de Deportes.
Pero había demasiados cabos sueltos: quién lo ejecutaría, el completamiento de la madera y los poco más de 150 000 pesos aprobados en el presupuesto, sin saber ni el monto final, ni el tiempo de ejecución. Felipe Fernández, quien también fuera director de Deportes, reveló que “se le presupuestó dinero cada año, luego de su inclusión en el plan… y casi nunca se ejecutó, o solo se usó una parte —para pagar a la ECOA y la compra de materiales—, por falta de la mano de obra calificada para asumir la compleja faena”.
Durante su visita en octubre de 2021, Raúl Fornés Valenciano, vicepresidente primero del Inder,
sostuvo que:
“de este gimnasio depende el futuro del deporte de alto rendimiento en Artemisa. Es necesario recuperarlo lo antes posible”.
A 13 años de fundada la provincia, finalmente se encestó la canasta salvadora.
¿Fin de la historia?
Esta vez parece que sí. Nelson Lara García no pierde tiempo en driblar pregunta alguna: tan cerca del aro, ya casi debajo del tablero, es ahora o nunca.
“No se trata solo de la madera, sino también de la cubierta, que fue impermeabilizada pero requiere pintarla y hacer la instalación eléctrica.
“Se colocaron 270 ventanas de aluminio de tres secciones cada una. Disponemos de todos los recursos: más de 80 metros cúbicos de madera, la pintura, los cables… y la brigada no se irá más hasta terminar. “Pretendemos disfrutar de una cancha de bádminton, dos de voleibol, dos de baloncesto, una de balonmano y un área adicional para gimnasia rítmica, a fin de impulsar el desarrollo de estos deportes en la provincia y obtener mejores resultados”.
Wilfredo Banderas Cabrera, inversionista de la Unidad Presupuestada de Aseguramiento y Apoyo al Deporte, recibe el pase de pecho y avanza. “Lo que estaba aprobado en el presupuesto, era reparar el tabloncillo. Luego nos dimos cuenta que
debíamos emprender otros objetos de obra previamente: la impermeabilización de la cubierta, la colocación de la carpintería, la pintura e instalación eléctrica y los sistemas de evacuación de agua de la cubierta”, comenta.
“Eso nos frenó. Montamos la carpintería, se le dio el fino, se está pintando y ya se está alistando la madera. Trabajamos con vistas a los Juegos Escolares, una ambición fuerte que, aun así, no estamos lejos de cumplir.
“Nos dimos a la tarea de terminar también la residencia perteneciente a la sala, y prácticamente hacer nuevos los cuatro pisos de la residencia estudiantil, para los propios Juegos, en junio.
“Contamos con una brigada de Camagüey, especialistas en montar tabloncillos, gente muy seria que hace su labor con calidad; se sumará una de Artemisa, para la faena en la residencia, y una de Bauta, para la residencia estudiantil.
“Usamos madera de primera: algarrobo y abey, que, además, está procesada, curada, seca. Ahora toca coger niveles con mangueras, situar los cordeles, montar los tornillos y colocar los calzos de goma donde están los apoyos, antes de comenzar a entablar. El monto total de lo invertido supera los 17 millones de pesos”.

La brigada de Camagüey que está a cargo es especialista en montar tabloncillos / Foto: Otoniel Márquez
El inversionista pasa el balón a Yosvany Pérez Cabello, jefe de la brigada camagüeyana. Lo asiste para que anote. “Hemos reparado varios tabloncillos, incluso mucho más grandes: el de la Polivalente, el de Ciencias Médicas, de la Eide, en nuestra provincia, en Sancti Spíritus y casi todo el país”, asegura.
“¿La instalación? Estaba en muy malas condiciones; por eso no pudimos avanzar. Se comenzó a trabajar al revés. Primero había que impermeabilizar y pintar. Ahora se impermeabilizó y están pintando.
“Debemos terminar el 15 de mayo, si no hay más contratiempos con la corriente. Los recursos están. Nosotros trajimos la madera y garantizamos la obra. Damos diez años de garantía. “Pronto volvemos a coger niveles, montamos los calzos de goma y después el piso, de pino. Debía ser de abey o teca, pero la teca tiene que ser importada y el abey está difícil de resolver. De cualquier manera, el pino se inyecta contra los ácaros, se fumiga, se le da lija, pintura y barniz”.

Confían terminar el 15 de mayo / Foto: Otoniel Márquez
Precaución ineludible
Después de tantos años de espera, habrán de ser muy celosos en la supervisión. Cada pase tendrá que ser preciso. Solo así conseguirá soportar el intenso uso que le espera.
No puede ocurrir aquí lo que en Villa Clara, donde se invirtieron 70 000 dólares y, en marzo de 2018, el colega Lázaro Arias denunciaba su rápido deterioro.
Unos achacan las causas a la selección de la madera y a que no tuvo la preparación requerida. Otros culpan a la humedad y el comején, capaces de convertir “una superficie de vigas y tablones importados de Perú… en una frágil capa” que se deshace entre las manos, al no eliminar la humedad bajo el tablado ni fumigar de forma constante, ante el riesgo de los tabloncillos alrededor, plagados de termitas.
Toros obligados a ser más bravos
Las obras actuales conducen a pensar que no falta mucho para que el balón rebote sobre madera lijada en la Eide artemiseña, y Jorge Luis Sánchez González, comisionado provincial de baloncesto, alude a cuán valioso resulta.
“Ha sido el talón de Aquiles de los Toros de Artemisa, una instalación imprescindible: cuando la tengamos, cambiará por completo la dinámica del baloncesto en nuestra provincia. Además, nos permitirá ser sede, tener un público propio, viajar mucho menos a lo largo del país…
“La vida va a demostrar que no será suficiente, pues vamos a coexistir varios deportes, cada uno con diferentes categorías que también lo demandan; algún día Artemisa habrá de contar con una sala polivalente.
“Mientras, no tener tabloncillo impide planificar todo el proceso pedagógico y plan de entrenamiento, porque no disponemos del espacio idóneo ni de los horarios.
“Estamos trabajando en el cemento de la Eide, en una cancha y aros en malas condiciones, que tampoco tienen la medida ni altura establecidas. Así es muy complicado.
“Quienes estudiamos esta carrera sabemos las desventajas del cemento desde el punto de vista bio- mecánico: no es igual el bote del balón, ni la pisada de los pies, las características del juego, la intensidad…
“Cuando el transporte y el combustible lo permiten, nos trasladamos a entrenar a algún gimnasio en La Habana. Pero el 80 por ciento de la preparación la asumimos sobre el cemento, donde no se puede trabajar con mucha intensidad.
“Al contrario, hay que ser muy cuidadosos, ante el riesgo de que se lesionen los atletas. Sin dudas, el equipo no ha tenido una buena preparación para enfrentar la próxima Liga Superior de Baloncesto”.

Al no tener tabloncillo, los Toros de Artemisa suelen entrenar en estas condiciones sobre cemento/ Foto: Otoniel Márquez
Yoe Luis Sánchez Carrillo, segundo capitán del equipo, lo secunda en sus criterios. “No hay condiciones para realizar un buen trabajo. El lugar donde entrenamos nos expone unas veces a que llueva y otras a que haya mucho aire”.
“No puedes entrenar en cemento, al aire libre, y luego competir en una sala cerrada. Cambia todo, el rebote del balón, la iluminación… y cada uno de esos factores influye en el rendimiento”.
No obstante, Raudel Balaguer Reyes, el director de los Toros de Artemisa, pondera la bravura y empeño de los jugadores y el colectivo técnico. “En medio de tales dificultades, hemos conquistado dos bronces, la medalla de plata en 2019 y dos quintos lugares después de la covid”.
¿Cuánto más hubieran podido lograr, si tan solo contaran con algo elemental como un tabloncillo?
Que no escapen las medallas
Sucede igual con otras disciplinas. El exatleta René Camerotta Álvarez, actualmente entrenador de bádminton, bien recuerda disímiles competencias, décadas atrás, en la vistosa sala que ocupaba ese propio sitio.
“Teníamos bádminton, balonmano, baloncesto, voleibol y gimnasia rítmica. Había que cuidarlo como merece: comenzó a filtrarse, a mojarse… y se deterioró. Ahora, muchos años después, lo vemos resurgir; será un éxito para el deporte.
“Aquí celebramos una vez el campeonato nacional de bádminton; éramos potencia en aquel momento, y estamos luchando por serlo de nuevo: tenemos una atleta en el equipo Cuba (Alina Sanz Rizo) y otra en camino de llegar (Angely Pita Sánchez), así como muy buenos resultados en la categoría pioneril.
“Tenemos la suerte del apoyo de la escuela y la dirección del Inder en la provincia a nuestro deporte, por la labor que estamos haciendo. Incluso soñamos en grande, quizás hasta traer al equipo nacional a entrenar a Artemisa.
“¡Claro que hemos perdido medallas! Son grandes las diferencias. La altura a la que entrenamos no es la idónea: cuando el volante da en el techo (notablemente más bajo), se para el punto; mientras, en un tabloncillo los rallies son más prolongados, pues el volante dura más tiempo en el aire y hay que desplazarse más, lo cual exige mayor preparación física”.
El sitio luce aún esa fealdad del deterioro, la humedad y el desorden, esos que esta vez anteceden la transformación. Los recortes de madera, las máquinas para aserrar y la brigada procedente de Camagüey, comparten el ajetreo de atletas que vienen y van rumbo a sus áreas de entrenamiento, o de regreso.

El sitio luce aún esa fealdad del deterioro / Foto: Joel Mayor
Bajo la luz que entra por las 810 persianas en derredor, cohabitan el afán de recuperación y la voluntad de triunfo de cientos de deportistas: muy próximo o incluso entre el ruido, el polvo y la humedad, emerge el espíritu de superación, de pelear por esas medallas que han escapado durante más de una década.
Angely Pita no sabe mucho del ayer, ni siquiera medita demasiado en el presente, tan solo se esfuerza y rebosa entusiasmo, porque el futuro está en sus manos, en la calidad probada y los deseos… y, por supuesto, en las de quienes le devolverán el tabloncillo.
Se desplaza. Golpea el volante de revés. Salta. Le pega con fuerza. Ríe satisfecha. No le importa cuánto ha sudado. Desde que, de pequeña, la llevaron a ver el bádminton, esa es su pasión. Nadie le cortará las alas para volar sobre la net y tomar el oro. Artemisa cumplirá ¡por fin! su promesa: no más.

Ilustración: Alfredo Martirena