En una fresca mañana dominical, el tiempo parece detenerse frente a la Casa de la Música de Artemisa, donde las familias se congregan, entrelazando generaciones en un momento de comunión y aprendizaje. Es allí, en medio de risas y algarabía, donde asistimos a un proyecto tan hermoso como necesario: Libros como jardines, bajo la sabia guía de la ilustre escritora Olga Montes.
No es preciso conocer con certeza el instante en que este proyecto cobró vida; basta con sentir su presencia arraigada en el lugar, prometiendo perdurar con la fuerza de la lectura y el enriquecimiento que trae consigo. Una actividad que, según la escritora Olga Montes Barrios, su coordinadora, no tiene límite de edad, pues su propósito es claro: descubrir en cada uno de nosotros el inmenso placer de sumergirnos en las páginas de un libro.
Desde El niño de chocolate hasta El celular encantado, los relatos que se despliegan en este espacio invitan a explorar mundos desconocidos, advertir sobre peligros cercanos, y recordar la importancia de mantener viva la imaginación en un mundo cada vez más digital. Entre brujas, gorilas, celulares y papalotes, se entrelazan historias que reflejan nuestras vidas cotidianas, nuestras luchas y esperanzas.
Momento especial en esta peña es la actuación del payaso Pirulín, quien logra un recorrido por obras y pasajes de la literatura infantil, deleitando al público, en especial a los niños, con diálogos tentadores y sugerentes en favor del libro y la lectura. Al final los presentes pueden acudir a la venta de libros infantiles, gracias a la colaboración de la librería Víctor Jara.
Libros como Jardines es una peña itinerante, con presentaciones en diversos escenarios, en escuelas y comunidades de municipio de Artemisa, pero ya cuenta con espacios fijos el tercer sábado y el cuarto domingo de cada mes, en el Cine Teatro Juárez y en la Casa de la Música respectivamente.
En este proyecto de creación literaria, los libros se convierten en semillas de imaginación, los cuentos en hilos que tejen sueños, y los juegos y los payasos son la chispa que enciende la llama del conocimiento y la diversión. Y el mayor premio de todo, sin duda, es la posibilidad de compartir este universo con Olga y sus maravillosos invitados, renovando la fe en la lectura y en el poder transformador de las palabras.
¡Que estos jardines de letras sigan floreciendo en Artemisa, nutriendo mentes, emociones y espíritus con la magia de la literatura y el arte!