Cronistas deportivos, fotógrafos, diseñadores, informáticos y hasta analistas internacionales también sueñan con realizar un fildeo electrizante o dar el batazo que enardezca a su equipo. El softbol de la prensa se los permite, y nuestro equipo, los Vaqueros de Artemisa y Mayabeque, es uno de los buenos.
José Aníbal Ramos Torrente, colega del semanario, intervino en la más reciente edición del torneo, elogiada por todos, pues, a pesar de las difíciles circunstancias actuales, las autoridades de Holguín pusieron empeño en devolvernos un evento que no se celebraba desde 2018.
“Participamos ocho equipos. En el grupo A, junto al conjunto de los Medios Nacionales (actual campeón), estábamos los Vaqueros, Isla de la Juventud y Las Tunas. Mientras, el B lo integraron Camagüey, Holguín, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.
“Las selecciones se prepararon bien y existía una fuerte rivalidad, aunque sobresalía la de los Medios Nacionales, ocho veces coronada de forma consecutiva.
“El sistema concebía dos encuentros ante cada rival. Comenzamos difícil ante los campeones, y caímos por partida doble. Tendríamos que pelear duramente la clasificación. La segunda subserie fue contra Las Tunas, equipo inferior ante el cual dividimos, en un resultado que nos sorprendió.
“Nos vimos obligados a buscar dos victorias frente a la Isla de la Juventud, a quienes conocíamos de 2019, cuando los derrotamos en el zonal occidental. El equipo sacó el extra y lo logramos. Así conseguimos el pase a la semifinal contra Holguín, y perdimos en cerrado encuentro 6-4.
“La discusión del bronce ante Camagüey no tuvo lugar. El comité organizador decidió otorgar la medalla a los agramontinos, por conseguir una victoria más durante la etapa clasificatoria”.
Históricamente, los Vaqueros han protagonizado relevantes actuaciones. Su talón de Aquiles radica en el déficit de entrenamiento, al agrupar jugadores de provincias distintas, no solo de Artemisa y Mayabeque, sino también de Pinar del Río y Matanzas.
De conformar cada una su propia novena, las posibilidades de entrenar y jugar serían mayores. Por supuesto, sus delegaciones de base de la UPEC tampoco son muy numerosas.
No obstante, Aníbal subraya la principal característica del torneo. “Con el deporte como bujía inspiradora, es una fiesta de confraternidad, para compartir con los colegas de todos los medios del país.
“Además, propicia la visita a lugares históricos y culturales en las diferentes sedes. Cada actividad colateral se erige en fuente de conocimiento y disfrute. No podemos perderlo, a pesar de las dificultades.
“Holguín demostró que se puede. Aplaudo la excelente iniciativa de encadenarse con actores económicos estatales y no estatales. El próximo año Matanzas será la sede. El compromiso de los Vaqueros es regresar con una medalla”.