Dicen que si sueñas en grande, lo concretas igual de enorme. Tal vez sea la ley de la atracción, el poder de luchar por lo que se imagina majestuoso. Y en esos menesteres anda Juan Francisco Valdés Rivero, administrador del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Komares, empeñado en desafiar la embestida de los tiempos.
Si le dejan hablar, conquista a más de uno. Su verbo fácil parece imbatible frente al oleaje, igual que una antigua embarcación con nombre de mujer. A sus manos llegó un día la propuesta de convertir el vivero del municipio cabecera en minindustria para procesar pescado, lo cual obedece a una de las cinco líneas estratégicas en Artemisa: incentivar la producción de alimentos para el pueblo.
“Komares está integrado por dos proyectos de desarrollo local: la minindustria, con respaldo de más de cinco millones de pesos, y el complejo gastronómico Náutiko, que funcionará en el otrora restaurante MarInit. El proyecto nació en Majana, donde contamos con 26 pescadores y ocho acuícolas, además de dos compradores que salen en busca de mariscos.
Y, ¿por qué con k? Según Juan Francisco, lo extrajo de la literatura de ficción, pues existía una nave espacial, cuyo nombre comenzaba de esa forma. A la necesidad de ofertar alimentos se unieron las condiciones del lugar, que posee acceso a agua y corriente eléctrica trifásica, y de ese modo nació una nueva oferta, desde enero de 2022.
Comenta el líder que “venden en tres quioscos pescado entero y en filetes a distintos precios, además de pollo, salchichas, cervezas y excedentes de nuestras cosechas de especias, hortalizas y cultivos varios para autoconsumo. Pero no renunciamos a colocar un punto de venta en el centro de la urbe”, puntualizó.
Por el momento, el testimonio de los trabajadores de la minindustria apunta a ganancias y eficiencia. De acuerdo con Oslaydi García Ramos, “velamos por la calidad del producto de los pescadores de Majana, nuestros principales proveedores”, aunque García Ramos también se involucra en la limpieza, fileteado y escamado de los ejemplares. Cuando disponen de materia prima elaboran masas de sábalo y macabí, además de varios tipos de pescados fileteados.


Entre la población persisten inquietudes sobre los altos precios / Fotos: Otoniel Márquez
Vecinos del Reparto Toledo como Tania Valdés Suárez y Adriana Medina Cruz agradecen la opción. La consideran válida, más cerca de casa, aunque persisten deudas con los altos precios.
Asimismo, otro de los obreros, Lázaro Ernesto Borges, quien ahora se desempeña como vendedor, sostiene la estabilidad en casi todas las ofertas…, aunque en ocasiones ha fallado el pescado. ¿Qué pasa entonces con el suministro del nutritivo alimento?
Las espinas
En los últimos meses han sorteado dificultades para mantener el abastecimiento. Los carteles que anunciaban pollo en sus instalaciones así lo demostraban.
Al indagar sobre el problema, Adalberto Albizar García, pescador de experiencia, refirió tres escollos fundamentales: la falta de hielo, no contar con asignación de combustible y la propuesta de pagarles a través de tarjeta magnética, lo cual desanima a los hombres de mar.
Albizar García sostiene que
“la mayoría de nuestras operaciones se realizan en efectivo. Ahí entran el pago a los vendedores particulares de hielo, pues no existe fábrica estatal y la de Guanímar no quiere vendernos; la compra de petróleo, la mayoría de las veces «por la izquierda», además de los pagos de transportación, vigilancia en el puerto, entre otros gastos”.
El fenómeno no escapa al dominio de la dirección de Komares y las autoridades del municipio de Artemisa.
De acuerdo con Juan Francisco, “establecimos el pago de hasta un 20 por ciento superior a la ficha de costo con los pescadores deportivos, y pactamos un precio por acuerdo.
De ahí la potestad para variar tarifas según el ritmo de venta, la corrida y talla del pescado. Un ejemplo es la biajaiba, que de 250 en la actualidad cuesta 200 pesos, y el bacalao, que comenzó a 600 pesos y ya se cotiza en 400. Hasta este viernes contaban con cinco variedades de pescados por libras.
Además, ya adquirieron la personalidad jurídica, aprobada por la Asamblea del Poder Popular. Sin embargo continúan en trámites para obtener el registro empresarial de Cuba, de modo que puedan ejercer facultades como vender a la Zona Especial de Desarrollo Mariel, fuente de divisas.



Los artemiseños agradecen las ofertas gastronómicas del Montimar /Fotos: Otoniel Márquez
Pese a las tormentas, nadie se detiene. En un área del proyecto reinauguraron el Montimar, restaurante al aire libre donde se consume pescado frito y cerveza fría, antesala de lo que se vislumbra en el otrora MarInit.
Náutiko hacia el puerto
Este local reúne condiciones para preparar pescados y mariscos, pues su cocina y área de elaboración se encuentran alejadas del salón central. Para habilitarlo con esos fines se aprobó un financiamiento de 21 millones, de los cuales les entregaron primero unos seis, hasta que solicitaron incremento para continuar, explica Juan Francisco.

Juan Francisco Valdés Rivero, administrador del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Komares /Foto: Otoniel Márquez
Recientemente recibieron el dinero solicitado y ya trabajan en la carpintería y las redes hidrosanitarias. Esta última labor corre a cargo de una Mipyme de Bauta.
El administrador recuerda que, “las redes eléctricas estaban devastadas. De hecho, fue preciso levantar la mayor parte del piso, reconstruir las redes sanitarias y comenzar la restauración de las hidráulicas.
“Rediseñamos el flujo de trabajo e hicimos dos entradas a la cocina: una para las materias primas y otra al servicio de salón, además de independizar la eliminación de residuos”.
El restaurante abrirá de nueve de la mañana a diez de la noche, y a partir de entonces funcionará un piano-bar, hasta las cinco de la mañana. También se concibe la cafetería Koral, que inaugurarán al cierre de la primera etapa, con servicios a la funeraria y al Sistema de Atención a la Familia.
En la segunda fase debe abrir la terraza en la planta superior, donde comercializarán refrigerios. Y junto a la Asociación Culinaria, ya capacitaron a 80 personas que deben asumir labores como dependientes o cocineros.
Habrá una minipanadería, área de espera en el exterior, en tanto deben rescatar los baños y la barra, cuyo diseño en forma de barco corre a cargo de un grupo de trabajadores por cuenta propia.
Hacia lo que promete ser el Edén de los productos del mar navega el PDL Komares. Por supuesto, entre las prioridades estará garantizar la presencia del pescado en Artemisa, cuando solo nos separan del mar unos pocos kilómetros, y de la concreción de un sueño, la persistencia de sus emprendedores.



El área de elaboración se encuentran alejadas del salón central/ Fotos: Otoniel Márquez