Alegría inenarrable en el Latino y en cada hogar de Artemisa. Los Cazadores van a la final de la II Liga Élite del Béisbol Cubano, tras vencer a los Leones de Industriales en apenas cinco desafíos. Estos muchachos han hecho historia.
Conquistaron el estadio Latinoamericano a base de flechas, talento y coraje. Se adueñaron del terreno con su fe y su energía, y se adueñaron hasta de las gradas, porque su público fue mayoría para apoyarlos.
Es el mejor resultado del béisbol de la joven provincia y un regalo en su 13 cumpleaños. Y, lo mejor de todo, tal como sucede desde el inicio: ¡quieren más!
Quizás su mejor arma sea precisamente esa: no rendirse ni conformarse nunca, no creer en pronósticos ni en favoritos, solo ponerle ganas.
La noche que todos sus parciales sería la última de la serie, nada podía disminuir su ímpetu. No importa que no pudieron contar con su primer bate Yoan Moreno, el camarero Osbel Pacheco y el lanzador previsto Geonel Gutiérrez, debido a un fuerte estado gripal y febril. Aun así, hicieron gala de un inmenso apetito de triunfo.
Incluso, el as usado entonces por Yulieski González, el diestro Yunieski García, tuvo que abandonar el montículo tras sufrir un esguince, luego de retirar a los ocho bateadores que enfrentó. Pero llegó José Ignacio Bermúdez y ponchó al siguiente.
Hasta ese momento, eran los visitantes los que sumaban tres jits y, al iniciar el cuarto capítulo, Dennis Laza conectó jonrón que puso delante a los artemiseños 1-0 y enloqueció el graderío.
Sin embargo, a los Cazadores no les bastó y anotaron otra mediante imparables de Raúl González y Andy Cosme. Con el marcador 2-0, explotó el lanzador azul. Encima, sus pícheres no habían permitido rugido alguno de los Leones: apenas dos bases por bolas.
Y en el quinto inning, los Cazadores de Artemisa agregaron otra más, al combinar boleto a Luis González, cohete de Cepeda y roletazo al cuadro de Laza, que devino en doble matanza pero González aprovechó para anotar.
La pizarra solo reflejaba la alegría del público, y viceversa: ¡3-0!
Concluyó el quinto… y los anfitriones sin batear ¡ni siquiera un jit! El sexto y el séptimo transcurrieron tranquilamente, salvo otra amenaza de Artemisa que esta vez no se convirtió en una estocada más.
¡Magnífico relevo de Bermúdez: de veras, soberbio, con cinco ponches incluidos!
Liván Moinelo abrió el octavo, como cada artemiseño esperaba: con ponche al primer rival, out de rolling al segundo y otro café amargo al tercero. Tres llegaron, tres se fueron y dos abanicaron sobre el home plate.
Justo al acercarse la última oportunidad para los Leones, fueron los Cazadores quienes encendieron el Latino otra vez: doble de Cosme, boleto a Jeison, sacrificio de Dainel López y pasaporte gratis a Carlos de la Tejera.
Tocó el turno a Luis González, que respondió con cañonazo e impulsó otra: 4-0.
Quedaban ya minutos para la gloria.
A la hora de recoger los bates, apareció el primer sencillo de Industriales, obra de Cristian Rodríguez. Los azules querían dar pelea. ¡Pura ilusión! Tras dos outs, el corredor ancló en tercera, pero Moinelo le recetó ponche a Oscar Valdés para un cierre espectacular.
De nuevo la ofensiva se desató: diez imparables y a esperar por el próximo rival, sea cual sea. Discutirán un campeonato nacional por primera vez en su historia, con un timonel que ha capeado todas las tormentas y los ha blindado de fe en la victoria.
Ha triunfado la unidad, la confianza depositada en cada uno, el empeño en romper vaticinios que los subestimaban. Ha sido el éxito del pueblo que siempre confió en las virtudes de Yulieski para dirigir (y en un año lograr lo que muchos no logran en varios); por eso sus lágrimas y palabras entrecortadas como ni siquiera al ganar su juego en aquel Clásico Mundial.
Sí, que suenen los tambores… que la fiesta sigue.

Foto: Roberto Morejón/ Jit

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