“Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber, sino de la felicidad”, frase martiana hecha principio en la localidad El Morrillo, en Bahía Honda. En septiembre de 2022 el huracán Ian arrasó con 43 de sus centros educacionales, entre ellos el centro mixto José Martí Pérez, con una matrícula de 138 estudiantes, pertenecientes a esta y otras comunidades cercanas.
Para la estudiante de séptimo grado Elisángela Valdés Mojena, la imagen de su escuela destrozada, con el techo levantado, y sillas y mesas deterioradas fue un impacto desagradable. La impresión también caló en los profesores, afirma Dayamí Velázquez Cordero, de Español-Literatura en Secundaria Básica.
“La escuela es la primera casa de los maestros, por eso, desde el comienzo de la fase recuperativa llegamos aquí, aunque muchos tenían afectaciones en sus propias viviendas, pues cuatro trabajadores sufrieron derrumbes totales y uno un derrumbe parcial. Tratamos de organizar las aulas y empezamos a usar el mobiliario que nos donaron, pues Ian nos lo arrebató”.
Según Velázquez Cordero, las Mipymes donaron artículos y alimentos para la población. No faltó ayuda gubernamental y abundante solidaridad, que en el caso de esta institución llegó, sobre todo, de la Universidad de La Habana.
Daniel Mojena Pravo, el director, comenta que el gobierno cubano le orientó a la Casa de Altos Estudios apadrinar un grupo de escuelas. “En la primera visita realizada por la rectora, Miriam Nicado García, nos explicó la decisión de apoyarnos, entre los centros más afectados. “Se comunicaron con nosotros para conocer nuestras necesidades y trajeron una donación de pizarras, pupitres, burós, sillas, lápices, borradores, libretas, cajas de tiza, módulos destinados a profesores y mapas para impartir la Geografía”.
También contribuyen con artículos destinados a la limpieza como cestos para basura, cubos, haraganes, escobas, frazadas de piso, guantes, machetes…, así como lámparas Led, tomacorrientes e interruptores.
Con semejante respaldo se allanó el camino de la recuperación. Asimismo, una brigada constructiva del Central Harlem montó una parte de la nueva cubierta; mientras, la fuerza de trabajo de la comunidad se encargó de colocarla en la otra nave.
“Desde entonces disfrutamos de puertas y ventanas renovadas, aunque falta el resano de las terminaciones, la ejecución de una acera y la instalación hidráulica de dos tazas sanitarias”. Esta institución confortable permitió hasta abrigar a varios pobladores durante el paso del fenómeno natural Idalia.
De acuerdo con el reportaje Historia conmovedora en Puerta Prieta, del colega Joel Mayor Lorán, 163 instituciones educativas de la provincia sufrieron los embates del huracán Ian, pero Bahía Honda fue la más afectada. A un año del desastre, contar hoy con una escuela segura enorgullece a las familias y los educandos, garantiza un proceso de enseñanza más exitoso y la formación del relevo en las aulas.


El centro mixto José Martí Pérez acoge estudiantes desde preescolar hasta noveno grado / Foto: Otoniel Márquez