La Empresa Habana Libre, radicada en la comunidad caimitense del otrora central -a unos 25 kilómetros de la cabecera municipal-, originalmente tenía un objeto social eminentemente ganadero; sin embargo, hace unos años se ha ampliado a la producción de cultivos varios, con el interés de multiplicar producciones y beneficios.
Hoy cuenta con 386 trabajadores en 15 Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS), una Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) y dos granjas urbanas, una en Bauta y otra en Caimito, implicadas en la producción de cultivos rústicos (yuca, malanga, boniato y plátano), hortalizas, granos y frutas, productos muy solicitados por la población.
De las más de 12 500 hectáreas (ha.) de superficie agrícola, 3 100 están dedicadas a la producción de estos cultivos varios. Y aunque cumplen cabalmente el plan establecido, sigue siendo insuficiente para la gran demanda en la alimentación, explicó el conocedor octogenario y apasionado del campo Carlos Carvajal Castillo, su jefe de producción.
Un factor que limita el aumento del área cultivable es el hecho de que estas tierras se destinaron por muchos años a la producción cañera, razón por la que requieren de preparación antes de cultivarse y existen áreas que no se han podido sellar todavía.
Alcierre de agosto, garantizaronla siembra de 1009 ha. en la campaña de primavera y tienen encaminadas 1106 para la actual campaña de frío, de ellas 200 de frijol. A parte, hay otras 1 000 ocupadas confrutales.
Pese a las dificultades, idearon estrategias como la movida e intercalado de cultivos que permiten un aprovechamiento máximo de la tierra y suplen la escasez de combustible. Así se hizo con el maíz y la yuca; y el frijol fue usado también como barrera sanitaria.
Este mecanismo logístico es el que ha propiciado el alcance del 103 por ciento (%) del plan de producción –hasta la fecha–, que anualmente se traduce entre 2 000 y 2 015 ha. sembradas
Pero no todo es “coser y cantar”. Un factor que a menudo se atenúa cuando hablamos de cultivos, es la naturaleza. Carvajal Castillo, explica que en esta temporada hay que aprovechar los frentes fríos, dado que es un terreno de agricultura de secano –solo el 3 % con sistema de riego- favorecido mayormente por las lluvias.
Asimismo, la modernización ha implantado un conjunto de maquinarias y combustibles que es muy cómodo y rápido, pero que la crisis económica ha volteado como metal de doble filo. En este panorama el regreso a los bueyes pudiera ser una variable. Sin embargo, hay condiciones que crear para el resguardo ante los robos; además, “bueyero”, comenta Carvajal, no es cualquiera.
La proyección fundamental de la Habana Libre es crecer en la ganadería, pues tiene la mayor representación, con 2 500 cabezas de ganado. Y ya cuentan con 90 búfalas reproductoras -cinco de ellas con cría y dando leche- en las fincas El Mamey y La Luisa; independientemente del ganado vacuno tradicional como el siboney y cebú lechero.
Para ello trabajan en la habilitación de áreas cubiertas de maleza y la recuperación de vaquerías, como el caso de la 48, con alrededor de 60 reproductoras y tributa al plan de producción láctea de la empresa. En cuanto al de carne vacuna, de 402,6 toneladas (t) anuales, ya tienen 309,5 t.
L aempresa ha crecido sostenidamente según la meta para el 2030, tanto así que incrementó en 4 000 las toneladas de alimentos respecto a las de 2019 -incluyendo las frutas-, en lo que ha influido la política de entrega de tierras.
Carlos Carvajal es conocido por su experiencia y ha estado ligado al campo desde que nació y más tarde en el otrora prolífico central azucarero. Él es del criterio de que la afectación en el rendimiento por la carencia de fertilizantes pudiera compensarse con la cantidad de áreas sembradas, y su atención.
Considera que, en un escenario tan complejo para la agricultura, lo esencial es la voluntad. No se trata de sembrar para cumplir una meta, sino sembrar con conciencia.