Quizás sintió cansancio, sin embargo, pudo haberlo asociado al estrés; no tuvo sed excesiva ni micciones constantes, que se supone son algunos de los síntomas más frecuentes; tampoco había antecedentes de la enfermedad en su familia. No obstante, el médico le informó que tenía diabetes.
Precisamente, durante las primeras etapas los síntomas pueden ser leves y aparecer de forma gradual; incluso, muchas personas no se dan cuenta; en cambio, otras, reconocen los primeros signos, lo cual les ayuda a obtener tanto un diagnóstico como un tratamiento temprano.
En Artemisa, aproximadamente 33 mil personas viven con diabetes mellitus, representando el 6.46 por ciento (%) de la población. Y aunque a muchos les resulte familiar este padecimiento, ya sea por vivencias propias o cercanas, puede que algunos aún no hayan tomado conciencia de la necesidad de prestarle la debida atención, y el desconocimiento, pueda llevarlos mañana a que dicha afección constituya una preocupante.
Esta enfermedad metabólica crónica, que, además, tiene causas multifactoriales, se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre, es decir, azúcar, y con el tiempo puede conducir a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios. De ahí la importancia de evitar complicaciones futuras o reducirlas, donde gozar de una buena calidad de vida es un elemento determinante.
A propósito de la celebración este 14 de noviembre del Día Mundial de la Diabetes varias actividades, talleres e intercambios, han marcado la jornada conmemorativa en nuestra provincia, que cierra este martes con el acto nacional en el cine Juárez, y tendrá como antesala el desarrollo de una caminata.
Si bien es significativo cuanto se ha realizado en el transcurso del mes, recordemos que cuidar de nuestra salud es un tema que nos compete a todos, los 365 días del calendario. Y, sin temor a equivocarme, un elemento clave es, en primera instancia, la prevención.
Con el lema Educar para proteger el futuro, la fecha promueve la autorresponsabilidad, estilos de vida saludables y prácticas preventivas que contribuyan a disminuir la diabetes y los factores de riesgo asociados. La ocasión es oportuna para crear conciencia sobre el impacto de este padecimiento.
Y es que, no es cosa de juego: constituye una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, derrames cerebrales y amputación de miembros inferiores; mal controlada, aumenta la posibilidad de dichas complicaciones y la mortalidad prematura.
Artemisa tiene una gran responsabilidad en su control, así como en el de la obesidad, al ser seleccionada área de demostración de ambas afecciones, como parte de la estrategia nacional para la prevención y control de las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo, constituyendo una prioridad encaminar el trabajo hacia tal propósito.
De esa forma, se pretende desarrollar una experiencia a fin de obtener un resultado que debe extenderse a todo el país. También, tenemos un compromiso histórico, ya que los primeros estudios de incidencia y prevalencia de diabetes mellitus se hicieron en esta provincia, por el doctor Oscar Díaz Díaz. Mientras que, contamos con un Centro de Educación y Atención al Paciente Diabético, en Bauta, que se ha mantenido a pesar de los años, y se encarga, entre otras funciones, de la educación diabetológica a pacientes de toda la provincia, incluso, a esta institución puede llegarse con o sin remisión.
Sin duda alguna, la atención y educación resultan esenciales, e inician, justamente, por el equipo básico de salud, jugando un papel determinante el programa del médico y la enfermera de la familia. En cada área de salud también debe existir una consulta de atención integral al paciente diabético, que –como su nombre lo indica- incluye varias especialidades.
Esta es una de las enfermedades con mayor prevalencia en Artemisa, y no solo se encuentra entre las 10 primeras causas de muerte en el territorio, sino, además, en el país e internacionalmente. De hecho, a nivel mundial, más de 420 millones de personas adultas la presentan y la mortalidad por esta causa ha aumentado un 70 por ciento desde el año 2000.
Demostrado está que puede tratarse y evitar sus consecuencias o retrasarlas con dieta, actividad física, medicación, exámenes y tratamientos regulares. Prestar una adecuada atención en el presente, puede ayudarnos a todos a ser partícipes de un mejor mañana.